El profesor santiaguero Eligio Anselmo Mariño Arias, de la filial de Ciencias Médicas de Contramaestre, fue declarado disponible en tres ocasiones, por una misma plaza, y no considera del todo justo el proceso realizado, más bien se siente víctima de acoso laboral.
En su carta llena de pesares comenta que lleva dos años sin recibir salario y que de su caso conocen en el Sindicato de Trabajadores de la Salud, la Dirección de Trabajo (DMT), la Fiscalía y el gobierno, en la instancia municipal, así como en el Instituto Superior de Ciencias Médicas y en el Partido provincial.
Primer strike
Según narra en su misiva, a mediados de septiembre del 2013 lo declararon disponible “por amortización de la plaza de profesor de Física” y no le entregaron la documentación requerida para solicitar un nuevo empleo en la DMT. Tampoco le ofertaron otros puestos y solo le pagaron uno de los tres meses a los que tenía derecho.
Por si fuera poco, durante el 2014 tuvo problemas de salud y estuvo sin trabajar. Un ingreso y certificados médicos por largos períodos de tiempo lo llevaron a peritaje, al parecer temporal. En el transcurso de esa etapa piensa que cometieron violaciones con su salario y se vio obligado a reincorporarse al final del año.
A su regreso a la filial le descontaron días de trabajo. Reclamó y le aplicaron una medida disciplinaria. Entonces apeló al Órgano de Justicia Laboral (OJL). Para su sorpresa, luego de la vista oral, el presidente de esta instancia se personó en su domicilio y le dijo que quería sustituir la sanción por una amonestación pública. Incluso le aseguró que agregaría en el dictamen la asignación de un grupo docente.
“Nada de esto se cumplió –apunta Eligio– porque según me planteó el presidente del OJL, el director del centro estaba en desacuerdo y, si no obedecía, él era quien pasaría a estar disponible. A partir de ese momento mi trabajo consistía en permanecer sentado en el laboratorio de computación cuando se encontraba vacío o en el comedor”.
Strike dos y tres
Su pesar continuó, en agosto del 2015 le volvieron a comunicar que estaba disponible mediante una resolución que tenía una fecha atrasada, y como se negó a firmarla, no se la entregaron.
Al carecer de dicho papel para hacer efectiva su reclamación en el OJL, acudió a la Fiscalía Municipal. Allí orientaron a la directora de la filial corregir el mal proceder. Como esta incumplió, el fiscal le entregó al reclamante un documento para que pudiese apelar al órgano de justicia; acción que ejecutó en marzo del 2015 y fue respondida en septiembre del año pasado.
Eligio mezcla en la carta las fechas y resultados de sus gestiones en la Fiscalía, el OJL y el Tribunal Municipal (TM); pero sí se infiere que la primera determinó que la administración cometió violación y el OJL fue viciado.
Esta sentencia lo llevó a interponer una demanda contra la sede universitaria en el TM, quien concedió un plazo de 15 días a la administración para que solucionara el problema. Así que a mediados de marzo del 2017 fue declarado disponible por tercera vez, sin derecho a sueldo.
Aún inconforme volvió a quejarse al OJL a fines de ese mes y al momento de remitirnos su carta puntualiza que no le habían respondido. Añade que durante este proceso es el único profesor disponible que queda reclamando, pues el resto perdió la condición por diversas causas.