Por Yuleiky Obregón Macías
La refinería Sergio Soto es la única de su tipo que depura exclusivamente crudo cubano, del que se obtienen derivados con amplio uso en el país
La formalización de contratos para la venta liberada de gas destinado a la cocción de los alimentos impuso un reto para la comercializadora de la refinería Sergio Soto de la provincia de Sancti Spíritus, dada la tumultuosa demanda que encontró el combustible doméstico en ese territorio. A los 19 mil 500 clientes que tenían asignado el servicio se le han sumado, desde el pasado 5 de junio a la fecha alrededor de 5 mil nuevos beneficiados.
Pero el mayor desafío de esa industria petrolífera lo constituye el cotidiano procesamiento de crudo nacional para la obtención de derivados como aceites básicos, solventes y líquidos asfálticos. Tras instituir el pasado año varios récords productivos la refinería, ubicada en el municipio de Cabaiguán, mantiene en el primer semestre del 2017 resultados por encima de lo planificado.
La única planta de este tipo en el país que purifica el petróleo extraído únicamente de los pozos cubanos, procesó 72 mil 327 toneladas de crudo provenientes de los yacimientos enclavados en las provincias de Ciego de Ávila y Matanzas.
Los productos finales de la Sergio Soto tienen múltiples usos. Así lo confirma el ingeniero químico Léster Alemán Hurtado, director general de la industria. “Aquí se obtiene aceite para transformadores eléctricos de hasta 13,8 kV; Sigatoka, componente para la elaboración del plaguicida de igual nombre para contrarrestar plagas que afectan los cultivos de plátano; producciones tradicionales como nafta, diésel y fueloil, y el asfalto 50- 70 prototipo AC-30, producto líder de la planta.
“El asfalto producido aquí sale con notable y comprobada calidad. Actualmente se utiliza en obras priorizadas del país como en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, los aeropuertos y las principales avenidas y vías de acceso de la nación, sobre todo en la capital”, acotó el directivo.
En el 2017 se han elaborado 33 mil 500 toneladas de ese surtido, devenido el oro negro de Cabaiguán, y hasta la fecha el plan se cumple al 153 por ciento. En ese resultado cuentan las gotas de sudor de obreros como Jorge Peguero Isla, un joven que aprendió de su padre —trabajador de esta rama por casi tres décadas— todos los secretos del petróleo.
“Aquí comencé como hornero y poco a poco me fui superando hasta llegar a operador A. El trabajo es duro, sacamos el líquido asfáltico y para que todo salga bien estamos al tanto de la temperatura, de la presión. Tratamos de que todos los productos tengan los parámetros establecidos”, dijo Peguero.
La Sergio Soto también produce los líquidos asfálticos RC-0 y MC-0, utilizados en el riego previo a la pavimentación y otros renglones como el solvente reductor de viscosidad que se emplea en los pozos de la industria extractora de hidrocarburos.
Al unísono del crecimiento productivo, en la refinería espirituana se ejecutan constantes acciones de mantenimiento que permiten el funcionamiento de una industria construida en 1947, y se proyecta una reparación capital.
Este centro mantiene la política de incrementar sus producciones sin descuidar el medio ambiente. Alemán Hurtado aseguró que este año concluirán la construcción de una nueva planta de tratamiento de residuales, inversión que permitirá disminuir y mejorar la carga contaminante que se emite a la cuenca del río Zaza.