Cargando...En la actualidad, la mayoría de los países invierten sumas importantes en la puesta en explotación de fuentes renovables de energía. Los mayores incrementos anuales se ven en la energía eólica y la solar fotovoltaica. Detrás marchan, con avances importantes, los combustibles orgánicos (biocombustibles) provenientes de los desechos resultantes de procesos industriales y agrícolas.
A este paso se puede afirmar que en no menos de 10 años esas fuentes tendrán una participación decisiva en el balance energético mundial. Cuba no está de espaldas a este escenario de desarrollo. Nuestro país es rico en recursos energéticos renovables, pero pobre en los no renovables como el petróleo y el carbón. La biomasa —fundamentalmente la proveniente de la caña de azúcar—, el sol, el viento y la energía hidráulica son las fuentes a las cuales se les puede apostar con mayor certeza para la diversificación de la matriz energética.
Al igual que otros países, alcanzar en Cuba un 100 % de autoabastecimiento energético con fuentes renovables de energía es un reto para esta generación. La dependencia del combustible importado para mantener funcionando nuestra economía, los altos costos para producir electricidad y el deterioro del medio ambiente son tres elementos que obligan a que la nación se enfoque hacia la diversidad de fuentes de energía. A partir del año 2012 —cuando apareció el decreto presidencial en el que se declaraban a las fuentes renovables de energía como una estrategia fundamental para el país—, el enfoque de nuestro Gobierno cambió.
Si bien hasta ese momento no se apreciaba una atención priorizada, es ese año el que señala el cambio en la concepción de desarrollo de la nueva matriz energética, aunque ya se venía trabajando durante la Revolución Energética que comenzó en el 2005, impulsada por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Ya en el 2014, el Gobierno cubano aprueba la política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables de energía y el uso eficiente de la energía para el período 2014- 2030. Más recientemente, en marzo de 2017, se firma el Decreto-Ley No. 345 Del Desarrollo de las Fuentes Renovables y el Uso Eficiente de la Energía que, por su importancia dará el impulso final al desarrollo de las energías renovables en Cuba. No hay duda de que la estrategia energética puesta en marcha se dirige hacia una energía limpia, segura y sustentable, o lo que es lo mismo, hacia las fuentes renovables de energía.
En ese sentido, constituye una necesidad alentar su aprovechamiento en aras de enfrentar la carencia de combustibles fósiles y sustituir el petróleo importado que, asimismo, está expuesto a la inestabilidad de los precios en el mercado internacional. Eso resulta un imperativo, además de que el medio ambiente no puede continuar deteriorándose por nosotros mismos con el uso del petróleo en todas sus aplicaciones. No hay dudas de que la meta de 100 % con fuentes renovables de energía es difícil, pero alcanzable. Ya muchos países trabajan para lograr esa meta, incluidos los caribeños.
Para esto se necesita un período de transición donde paulatinamente se vayan introduciendo las fuentes renovables de energía junto a un programa de medidas de ahorro, eficiencia energética y cogeneración, hasta llegar a igualar la demanda energética con la energía proporcionada con fuentes renovables. No lo veamos como una quimera, es responsabilidad de esta generación hacer todo lo posible para cambiar el rumbo hacia el 100 % con fuentes renovables de energía. Cuba puede lograrlo. *Vicepresidente de la Asociación Mundial de Energía Eólica
