Pedro Pablo Chaviano, estudiante de Periodismo
Fue a la edad de nueve años cuando el profesor Omar Lozano le hizo entender que tenía condiciones para el baloncesto, pero a ella no le gustaba este deporte porque lo consideraba muy agresivo. Aun así, comenzó a entrenar bajo su tutela en el área especial Pepe Barrientos y se dio cuenta de que, a pesar de ser alta, poseía una gran habilidad. No obstante, seguía sin gustarle esta disciplina.
El profe Lozano advirtió el problema enseguida y puso en práctica una estrategia. Todas las tardes, al terminar el entrenamiento y aprovechando que ella vivía cerca del área deportiva, le daba un balón para que lo guardara. “A partir de ese momento, me iba para mi casa dribleando con la pelota todos los días. Poco a poco le empecé a coger el gusto, hasta que terminé embullándome por completo”.
Así fueron los primeros pasos de Dalia Henry, la brillante capitana de los equipos cubanos que alcanzaron los mejores resultados en la historia de este deporte, entre los que es posible destacar el bronce en el Campeonato Mundial de Malasia 1990 y el meritorio cuarto lugar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Después de muchos años como capitana de nuestra selección es ahora la comisionada nacional, ¿cómo asume esta responsabilidad?
Tengo experiencia con este tipo de tareas, pues antes ocupaba el cargo de vicepresidenta de la Comisión Nacional de Baloncesto. La asumo con preocupación porque cada día los retos son mayores y esta disciplina no se encuentra en su mejor momento.
¿Cuál es el panorama actual del baloncesto?
Nuestras muchachas son las que durante muchos años han dado la cara por nuestro deporte. Hoy no están rindiendo al nivel de décadas anteriores, pero todavía conservan la supremacía en el área centroamericana. Este año la competencia más importante para ellas es el Centrobasket, en el que se espera el oro y la clasificación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, en los cuales también es posible ganar el metal dorado.
Los hombres están ya clasificados para Barranquila; sin embargo, sus objetivos están centrados en alcanzar medallas debido a que no son favoritos. Resulta paradójico el hecho de que los torneos nacionales masculinos son más seguidos por la afición, aunque las mejores actuaciones en la arena internacional son de los equipos femeninos.
La Liga Superior adolece hoy de la espectacularidad que tenía en los años 90. ¿Qué cambios podrían hacerse para recuperar eso?
El básquet continúa siendo uno de los espectáculos deportivos más disfrutados en nuestro país, aun sin contar con el brillo de décadas anteriores. Pero es real que hoy el público no lo sigue de la misma manera. También durante las temporadas sufrimos problemas, por ejemplo, con el transporte o el estado técnico de las sedes.
Por eso este año implementamos una serie de cambios estructurales para lidiar con los contratiempos. La Liga Superior (masculina) constó de tres etapas, cada una en una provincia en específico; mientras tanto la liga femenina solo tuvo dos fases. El play-off no sufrió ningún cambio sustancial y volvió a llenar las salas polivalentes como la de Pinar del Río, con una final inédita.
¿En qué estado se encuentra el trabajo en la base?
No hace mucho, hicimos un recorrido por todo el país, durante el cual visitamos las EIDE y algunas áreas especiales. Uno de los señalamientos que siempre le hacíamos era la ausencia de jóvenes talentos con buena estatura, sin embargo, ahora encontramos niños con una talla considerable para su corta edad.
Otro de los problemas es la falta de juego. En los campeonatos provinciales de estos niveles no se realizan a veces la cantidad de partidos necesarios y así es muy difícil adquirir oficio, pues solo jugando es posible corregir errores o pulir habilidades. Estamos tratando de recuperar algunas categorías como la 8-9 años.
¿Qué diferencias aprecia entre el baloncesto actual y el suyo?
Entre las muchachas hoy se explota mucho más el físico. Antes, los planteamientos tácticos y las habilidades influían más en el sistema de juego. Eso representa una desventaja para Cuba, pues nuestras selecciones a veces están en inferioridad evidente con algunos rivales.
¿Aspiraciones reales para este ciclo olímpico?
Nuestra principal aspiración es clasificar al Campeonato Mundial en ambos sexos, aunque es algo extremadamente difícil ya que en el caso de las féminas no lo logran desde el 2006. El masculino intentará la clasificación para los Juegos Panamericanos, donde las muchachas buscarán una medalla, pues tienen posibilidades reales.
Los Juegos Olímpicos son una meta mucho más compleja. Nuestra última clasificación fue en Sídney 2000, cuando alcanzamos el 9no lugar, yo todavía competía por ese entonces. Nos queda mucho por corregir y mejorar para alcanzar el nivel que poseíamos décadas atrás y quién sabe, quizás hasta podríamos ser mejores.
BIEN POR LA COMISION NACIONAL CON LAS PRETENCIONES DE AMPLIAR LA CALIDAD DEL BALONCESTO PERO HACE FALTA AMPLIAR EL NUMERO DE JUGADORES NUESTROS EN LIGAS FORANEAS,AHI UN NUMERO DE ATLETAS JOVENES MENORES DE 23 AÑOS QUE ESTAN EN LAS FILAS DE NUESTRA PRESELECCIOM NACIONAL QUE LES VENDRIA BIEN DESAROLLARSE EN OTRAS LIGAS Y ASI GANAN EN CALIDAD Y EXPERIENCIA QUE PUEDE HACER LA COMISION AL RESPECTO