Cincuentenarios: profundamente arraigados al azúcar

“Cincuenta años constituyen toda una vida y para estar toda una vida junto a algo hay que quererlo, hay que estar profundamente arraigado, hay que sentirse parte de ese algo y al mismo tiempo sentirlo como parte integrante de uno mismo”.

Estas palabras, expresadas por Jesús Suárez Gayol, quien fuera viceministro del Azúcar en la mitad de la década de los 60, en el recibimiento a los primeros cincuentenarios bastarían para definir el andar de los 71 afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros (SNTA), que este año cumplen medio siglo de permanencia en la agroindustria del guarapo y de la miel.

Fue un movimiento que surgió por la propia idea del luego integrante de la guerrilla del Che, en Bolivia, el 10 de octubre de 1965, y que tiene en su ejército a un total de 13 mil 492 mujeres y hombres, a quienes se les ha impuesto el sello 50 años de trabajo.

Como es tradicional, este año los acogieron en el seno del Memorial José Martí, en La Habana, y supieron por las palabras del miembro del Buró Político Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, que siguiendo la iniciativa de los azucareros, otros sindicatos han instaurado también el homenaje a los cincuentenarios, entre ellos los constructores, los de la alimentación, la agricultura, entre otros.

José Antonio Pérez Pérez, secretario general del SNTA, recordó la expropiación por parte de la Revolución de las grandes industrias, empresas nacionales y extranjeras y destilerías, así como el cese de la explotación a las mujeres y hombres que laboran en este sector primario de la economía.

En la actividad, donde se encontraban también las heroínas y héroes del trabajo de la República de Cuba, se rindió homenaje además al líder azucarero Jesús Menéndez y a Fidel, en su cumpleaños 90.

Pérez Pérez planteó que para continuar avanzando en el cumplimiento de la proyección de desarrollo del sector y la materialización de los Lineamientos del VII Congreso del Partido, resulta esencial cumplir los planes de siembra de caña y los compromisos de producción de azúcar con eficiencia, para lo cual serán decisivos la disciplina, la organización y el control sistemático.

También precisó la necesidad de garantizar la calidad de las reparaciones y la arrancada de cada central en la fecha planificada. “Contamos con mejores condiciones materiales y buenos precios del azúcar en el mercado internacional”.