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La necesidad de elevar la percepción del riesgo sobre el cambio climático y las formas en que desde la agricultura se pudieran mitigar sus efectos fue el centro del panel promovido por la representación de la FAO en Cuba bajo el nombre de El clima está cambiando, la agricultura y la alimentación también.
El doctor Theodor Friedrich, representante de la organización en la isla, aseveró que es una obligación de las personas aprovechar el potencial que tiene ese sector para reducir los efectos de un fenómeno que fue provocado por los propios seres humanos.
“No es una amenaza, es un reto”, puntualizó y argumentó que los países más avanzados han tenido que recurrir a la agricultura de conservación, como lo han hecho Brasil, Estados Unidos, Canadá, algunos de Asia Central y China; “aquí ojalá que cambiemos antes de que el agua nos llegue al cuello”, enfatizó en un adquirido tono criollo.
Uno de los slogans que promueve la FAO es el deber de adaptar la agricultura al cambio climático para construir la generación hambre cero, lo cual requiere trabajar juntos para lograrlo en el 2030 como está propuesto.
El panel fue promovido para resaltar la trascendencia de celebrar el Día Mundial de la Alimentación, el próximo 16 de octubre, ya que el 2016 está considerado un año para la acción frente al cambio climático. En septiembre de 2015, un total de 193 países se comprometieron a poner fin a la pobreza y al hambre, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos.
El doctor Ramón Pichs, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, planteó que vivimos una situación económica global compleja; no se ha rebasado completamente la crisis, que incluye a la financiera, económica, tecnológica, energética, alimentaria y ambiental.
Y recomendó tener en cuenta al triángulo que forman la alimentación, energía y agua en todos los programas de adaptación y mitigación a los efectos del clima cambiante.
Mientras el licenciado Jorge Fernández Chamero, consultor FAO, explicó las estrategias que se están construyendo dentro de la organización para acompañar a estos procesos, como son la necesidad de cambiar los sistemas productivos de la agricultura, mudanzas de los patrones, financiamientos para la adaptación y la integración de acciones.
Sin embargo, el doctor Arnaldo Álvarez Brito, especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, recabó de las acciones que se debe adoptar para la capacitación, teniendo en cuenta que el tiempo transcurre y el año 2016 está llamado a ser el año del cambio en el universo.
Reconoce que hay aún poca percepción del riesgo en el sector agropecuario, ya que se siguen sembrando las mismas especies y variedades, se siguen los mismos calendarios de siembra, cultivo y cosecha, la agrotecnia es igual a la de años anteriores.
Por todo ello se evidencia que hay que construir estrategias de comunicación que contribuyan a elevar la percepción del riegos, revele los mejores ejemplos nacionales y del orbe, y multiplique las experiencias que se logren respecto a las acciones de adaptación y mitigación.
