Por Ana Margarita González, Lourdes Rey y Raiza Arango
“Si en algún lugar podemos ganarle la batalla al mosquito es en los centros de trabajo, donde hay condiciones creadas y en las últimas horas se han adoptado medidas excepcionales para eliminar sus posibles hospederos”, expresó Gisela Duarte Vázquez, miembro del Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
“A partir del llamamiento del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, la CTC y los sindicatos hemos incrementado las acciones que propicien la capacitación de los trabajadores sobre las medidas a adoptar para declarar a nuestros centros laborales libres de mosquitos, saneados y saludables”, argumentó.
“Nos sentimos doblemente responsables desde nuestros centros y los lugares de residencia, en asegurar el cumplimiento de las medidas y de participar en las labores de saneamiento; y exigir porque el autofocal se efectúe diariamente en esta etapa de la campaña intensiva, y se eliminen los salideros y los enyerbamientos.
“Este fin de semana se realizaron trabajos voluntarios para limpiar las áreas de riesgos, revisar los tanques de agua y ordenar patios y áreas de almacenamiento. No podemos permitir que los trabajadores con síntomas de padecer algunas de las enfermedades transmitidas por el Aedes permanezcan en sus puestos, sino que acudan al médico de la familia para su diagnóstico”, puntualizó la dirigente sindical.
Prevención desde el hospital
La compleja situación que enfrentan los países del área respecto a la propagación del virus del zika, la presencia en Cuba de mosquitos de la especie Aedes y la transmisión de dengue en 55 de los municipios cubanos, hacen necesario reforzar las medidas para eliminar el vector.
Desde el hospital Hermanos Ameijeiras, en la capital, se siguen estrategias para el control sanitario internacional y el saneamiento de sus instalaciones. “Recibimos pacientes que vienen del extranjero, de países con transmisión de zika, y colaboradores cubanos, que pudieran estar en un período de incubación del virus; les hacemos los exámenes de rigor y descartamos cualquier contagio, porque si es bien difícil impedir la entrada del zika al país sí es posible evitar su propagación”, señaló el doctor Gonzalo Estévez Torres, jefe del Departamento de Higiene y Epidemiología de la institución.
La labor de prevención va mucho más allá: el saneamiento y el control de focos que se hace en las áreas hospitalarias se extiende a la comunidad, lo cual cuenta con el apoyo de los vecinos. “Nuestro centro está enclavado en Centro Habana, un territorio difícil desde el punto de vista higiénico-sanitario, por cuanto tiene un deterioro de su infraestructura habitacional y de sus sistemas de evacuación de residuales y de aguas pluviales, lo que hace propicia la aparición de focos de mosquitos”, explicó el galeno.
A la brigada autofocal, que hace sus controles diariamente, se sumaron el personal de mantenimiento y servicios generales, y dos trabajadores de cada una de las 77 secciones sindicales que funcionan en el hospital para extremar las labores de vigilancia y saneamiento, enfatizó el Máster en Enfermería Alexander Cueto, secretario del buró sindical.
“Empezamos por hacer un levantamiento de los lugares proclives a tener criaderos, a capacitar a los trabajadores, y desde el pasado martes realizamos labores de higienización en todas las áreas, incluyendo parqueos, almacenes, cuartos eléctricos, entre otros”.
El doctor Gonzalo admitió que existen condiciones que dan lugar a criaderos, pero limpian todos los días para no dejar que el agua se acumule, ya que los huevos de los mosquitos permanecen por varios días en lugares secos, hasta que les llegue el agua y procreen: “No podemos darles esa oportunidad; desde hace tres años aquí no se detecta un foco”.
El especialista recordó que el Aedes aegypti vive preferiblemente en las ciudades, dentro de las viviendas, cerca de las familias, porque necesita el agua limpia para procrear y detectar la respiración humana (monóxido de carbono) para buscar la sangre y poder fecundar sus huevos. Por el contrario el albopictus habita en las periferias, en lugares arbolados o de malezas ya que emplea más la sangre animal.
“Es importante que la población cubana conozca que existen garantías en el país para detectar la presencia del virus del zika, al igual que los del dengue y del chikungunya, y que ante cualquiera de sus síntomas, la persona debe acudir con celeridad al médico para que tenga un diagnóstico y tratamiento a tiempo”, precisó el doctor Gonzalo.
También comentó sobre las manifestaciones clínicas que pueden determinar la presencia de uno u otro virus, ya que en los pacientes con zika aparece una secreción no purulenta en los ojos y el rash cutáneo es más grueso que el del dengue; los dolores articulares del chikungunya obligan a doblarse, mientras los del dengue predominan en las coyunturas pequeñas.
Los estudios y muestreos en los países donde se han propagado estos virus aportan suficientes evidencias como para prevenir y no permitir que el zika se “instale” en Cuba.
Contra el mosquito vestidos de verde olivo
La ofensiva contra el Aedes que se acomete en Villa Clara incluye a la comunidad, los centros laborales y especialistas, así como a obreros de todos los sectores y las organizaciones políticas y de masas. Trabajadores de diferentes ocupaciones se incorporaron al llamado especial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), quienes en carácter demovilizados, actúan en la campaña contra el vector.
Yeilén y Carlos son dos de los jóvenes que están dando su aporte en esta acción antivectorial. El primero es trabajador por cuenta propia, y el segundo labora en la droguería Santa Clara, y recorren el reparto Vigía Sur de la provincia, higienizando el área que está afectada por focos de mosquitos.
“Afortunadamente la población está colaborando, hemos hecho dúos. Tuvimos una preparación previa para saber cómo es el proceder en las viviendas y también conocimos de la necesidad de lo que emprenderíamos”, explicó Yeilén. Con máscaras, vestidos con el uniforme verde olivo y la identificación de la labor que ejecutan, están acometiendo, bazuca en mano, una función urgente e importante.
Los vecinos están atentos a la llegada de los operarios que inspeccionan las casas, buscan soluciones solidarias para acceder a las viviendas cerradas y otros inconvenientes, así como ha sido adecuada la revisión de los depósitos, la aplicación de abate y la fumigación.
La enfermera del consultorio los acompaña y cita a la población para participar en las audiencias relacionadas con la situación epidemiológica, las conductas a seguir, e igualmente exhorta a realizar sistemáticamente el autofocal y acudir al especialista si se padece de fiebre, erupción en la piel, enrojecimiento de los ojos (conjuntivitis), dolores de cabeza o de espalda.
Además de colaborar con recursos humanos, medios de transporte y carga, entre otras cuestiones, en los centros laborales se llevan a cabo jornadas de higienización, la revisión de todas las áreas donde pueda hospedarse el mosquito, y una estricta vigilancia en los lugares de riesgo. Es evidente que se ha creado un ambiente de percepción del problema que es muy favorable para la comunidad.
El apoyo necesario para la prevención del zika
“Lo importante durante los próximos meses es batallar para bajar la infestación de los mosquitos, y tomar medidas para que no se genere transmisión autóctona de zika en el país”, aseveró Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública, al intervenir en el pleno del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTS).
También convocó a los trabajadores del sector a brindar el máximo apoyo en la campaña epidemiológica, a la cual se unen 9 mil efectivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Afirmó que en Cuba no hay zika, ni chikungunya, ni fiebre amarilla; sin embargo, explicó que en 55 municipios existe alta infestación debido a la presencia del Aedes aegypti. Este insecto ha producido transmisión del dengue en el país, por lo cual no descartó el riesgo de que pueda propagarse el zika, advirtió.
Morales Ojeda concluyó con que la próxima meta del SNTS será garantizar el aseguramiento médico e higiénico-epidemiológico, así como el control de focos y la capacitación de forma escalonada a los profesionales, técnicos, trabajadores y estudiantes del Sistema Nacional de Salud, sobre la prevención, control y manejo de estas enfermedades.