Por Jorge Risquet Valdés
El 25 de mayo es el Día de África, adoptado por la Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana, desde la segunda mitad del pasado siglo XX.
También es el Día del victorioso regreso definitivo desde el continente ancestral de las tropas internacionalistas cubanas, ocurrido el 25 de mayo de 1991, final glorioso de la Operación Carlota.
Como es conocido, el 11 de noviembre de 1975 era la fecha acordada para el fin del secular dominio colonialista portugués en Angola y su nacimiento como república africana independiente.
Semanas atrás, correspondiendo a una solicitud del Mpla, medio millar de instructores militares cubanos, en cuatro escuelas de reclutas abiertas en diversos puntos del país, entrenaban a millares de jóvenes angolanos que servirían en el ejército de la república a punto de nacer.
Mas los Gobiernos, tanto el de Estados Unidos como el de Sudáfrica, en complicidad con el régimen de Mobuto en Zaire, desarrollaban sus planes criminales para impedir que los patriotas del Mpla, encabezados por el presidente Agostinho Neto, asumieran el poder en la naciente república, fraccionar el inmenso y rico territorio en republiquetas dirigidas por títeres contrarrevolucionarios del Fnla y la Unita, al servicio del imperialismo yanqui y del régimen del apartheid.
Estaban en marcha acelerada las operaciones secretas Iafaaturi de la CIA y Savannaa del Gobierno de Pretoria.
Mobuto, facilitador imprescindible del criminal plan, no identificaba con nombres en clave sus operaciones, sino en cifras: 50 millones de dólares USA.
En el mes de octubre tropas zairotas, bandas del Fnla y mercenarios blancos avanzaban desde el norte y se acercaban a Luanda. Desde el sur, partía de la colonia sudafricana de Namibia una columna del Ejército de Pretoria, de 4 mil efectivos, con blindados y tropas regulares, completadas con infantería de bandidos de la Unita y el Fnla.
El objetivo de ambas invasiones: ocupar Luanda antes del 11 de noviembre y sustituir a las fuerzas portuguesas en retirada definitiva a su país, implantar un Gobierno fantoche Fnla-Unita, aplastar al Mpla y luego fraccionar el territorio angolano y distribuirse el rico botín de petróleo y diamantes, tierras fértiles y caudalosos ríos.
La columna sudafricana llegó a la provincia de Benguela donde radicaba una de las cuatro escuelas de reclutas, al comenzar noviembre.
Un destacamento de 17 instructores cubanos y dos centenares de reclutas angolanos sostuvieron el primer combate contra los invasores. Le produjeron a los racistas cuantiosas bajas que estos nunca revelaron.
Por primera vez, sangre angolana y cubana, derramada en combate frente al apartheid regó el suelo de Angola. Tuvimos muertos, heridos y desaparecidos.
Al día siguiente, un segundo combate en otra dirección del avance de los racistas les hizo comprender que la marcha hacia Luanda no sería un paseo.
La noticia de estos acontecimientos llegó a Cuba el 4 de noviembre. Mientras se decidía la respuesta de conjunto, un avión Britannia con un centenar de instructores de cañones, morteros, antiaéreas y de artillería reactiva múltiple BM21 partió hacia Angola. Llegó a Luanda el día 7.
Ese mismo día el Comandante en Jefe despidió al Batallón Especial del MININT, que partió en composición de compañía por vía aérea. La primera llegó a Luanda el día 9, en las semanas siguientes del mes llegarán las otras.
Un barco cubano anclado en el puerto congolés de Punta Negra zarpó con una poderosa carga de artillería, entregada por la URSS al Mpla, incluyendo los poderosos BM21. Llegó a Luanda el día 7 de noviembre.
Días más tarde, en tres barcos mercantes cubanos partiría un regimiento de infantería y llegaría a Luanda a fines de noviembre.
El 10 de noviembre se produjo el combate de Quifandongo, 23 kilómetros al norte de Luanda. Tropas de las Fapla, unidades de artillería con instructores cubanos, alumnos e instructores de la Escuela de Reclutas de Dalatando, propinaron tan aplastante derrota a los invasores, que desde entonces emprendieron la retirada hacia el norte rumbo a Zaire.
En las primeras horas del 11 de noviembre, el presidente Agostinho Neto proclamó en Luanda ante una muchedumbre enardecida de patriotismo, el nacimiento de la República Popular de Angola.
Las tropas sudafricanas enfrentadas por las fuerzas angolano-cubanas de Benguela, habían podido avanzar poco. No pudieron cruzar los puentes destruidos del rio Queve, a más de 200 kilómetros de Luanda.
Mientras, en Cabinda, el asalto de las tropas élite de Mobuto y sus acólitos del Flec fueron aplastados en los días 10, 11 y 12 por reclutas angolanos e instructores cubanos de la escuela creada el mes anterior.
Se salvó la República Popular de Angola del múltiple plan de desmembrarla y someterla a los monopolios de Estados Unidos y Sudáfrica.
Durante más de 15 años se prolongó aquella Operación Carlota, bautizada en homenaje a la esclava africana rebelde sacrificada en Triunvirato —Matanzas— en 1843 por los colonialistas españoles. Un total de dos mil 77 combatientes internacionalistas cubanos ofrendaron sus vidas en Angola.
No es posible en este artículo describir toda la heroica actuación de las tropas cubanas, algunos de cuyos hechos más trascendentes fueron: Cassinga, Cangamba, Zumbe, Cuito Cuanavale, Calueque.
A lo largo de 30 años, como ha expresado el Comandante en Jefe, “381 mil soldados y oficiales han montado guardia o han combatido junto a soldados y oficiales africanos en este continente, por la independencia nacional o contra la agresión exterior…”
Si sumamos los colaboradores civiles cubanos que han prestado y prestan sus servicios en África, hace años sobrepasamos el medio millón. Más de un millón de esclavos africanos fueron traídos a Cuba a lo largo de cuatro siglos.
Seguiremos pagando una deuda involuntaria. Los esclavistas que la contrajeron, nunca la pagarán; ni siquiera la reconocen.
Disculpen mi eqivoco en mi cometario anterior, tenia que haber significado a la redaccion del TRABAJADORES por publicar el texto de Jorge Risquet.
Un saludo cordial
Agradecido a la redaccion de Juventud Rebelde por publicar las palabras de un leal internacionalista de Cuba, Jorge Risquet recien fallecido.
Gracias. Un saludo fraterno