Concebir la calidad de la enseñanza como un proceso en constante mejoramiento, capaz de satisfacer cualquier expectativa, convierte a la Licenciatura en Educación Especial en un puntal que enaltece a la pedagogía cubana.
Cuando en el 2010 la Junta de Acreditación Nacional le otorgó la condición de Carrera Certificada (la primera especialidad pedagógica del país merecedora de ese reconocimiento), comenzaba un nuevo camino hacia propósitos mayores que hoy están materializados al recibir la categoría de Excelencia, tras una evaluación externa a cargo de expertos, según lo establecido por el Sistema de Evaluación y Acreditación de Carreras de la República de Cuba.
El universo de esta licenciatura abarca la formación de maestros para la atención integral a los niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales, asociadas o no a discapacidades en las escuelas destinadas a escolares con diagnóstico de retraso mental, retardo en el desarrollo psíquico, discapacidades visuales, auditivas, del lenguaje, limitaciones físico-motoras, síndrome del espectro autista, trastornos de la conducta, sordo-ceguera y otras dificultades.
Los egresados pueden laborar como maestros ambulantes o en aulas hospitalarias, Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO), salones especiales en círculos infantiles, escuelas regulares de diferentes niveles, en otros centros de atención educativa integral y forman parte de los equipos multidisciplinarios.
Según expone Yanelyn López Rodríguez, decana de la Facultad de Educación Infantil de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, “acreditar una carrera universitaria consiste en un proceso de gestión de la calidad dentro de nuestra educación superior que se aplica a escala mundial.
“Cuba no está ajena a esa realidad. Para nosotros, se trata de lograr mayores niveles cualitativos y de competitividad en la formación de los profesionales.
“Significa, asimismo, hablar desde la mirada interna de una autoevaluación, lo cual incluye variables fundamentales como pertinencia e impacto social, calidad de los pro fesores y personal auxiliar, infraestructura, currículo y estudiantes. Todo es importante; sin embargo, este último elemento tiene una dimensión superior, porque expresa los modos de actuación y el desarrollo de habilidades pedagógicas que han podido alcanzar”.
La también Doctora en Ciencias Pedagógicas y Profesora Titular de ese centro de estudios agregó que la condición de Certificada abarca un lapso de cinco años. “Al concluir esa etapa se considera que la carrera ha ido aplicando un plan de mejoras en cada una de las variables mencionadas para buscar una mayor calidad de los procesos docentes por lo que se solicitó nuevamente la valoración externa”.
La evaluación constató que esta licenciatura influye significativamente en la solución de los problemas territoriales y se aprecia un elevado reconocimiento del claustro a nivel nacional e internacional.
La totalidad de los empleadores entrevistados manifestaron un alto grado de satisfacción respecto a la calidad de la formación de los graduados y fueron positivos los criterios de los egresados en cuanto a su formación profesional y de posgrado.
Los estudiantes desarrollan su trabajo en el contexto curricular, en tareas de impacto profesional y social, en actividades con la comunidad e instituciones de salud, así como en la elaboración y concreción de la estrategia educativa del año y de la especialidad, dominan los modos de actuación de la profesión en correspondencia con la etapa que cursan, y mantienen una activa colaboración en los proyectos de investigación del claustro, donde el 55 % ostenta el grado científico de Doctor en Ciencias y cerca del 80 % son profesores titulares y auxiliares.
Las doctoras en Ciencias Caridad Hernández Pérez y Mevis Pupo Pupo consideran que para hacer sostenible la evaluación otorgada será preciso continuar elevando la eficiencia en todos los procesos de la formación del profesional, a fin de enriquecer el programa de preparación de los estudiantes.
Ambas profesoras de la Facultad de Educación Infantil puntualizaron que también constituye un reto hacer cada vez más palpable que la investigación sea la locomotora de la eficacia del pregrado y el posgrado que allí se realiza.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.