Los cubanos nos hemos acostumbrado a convivir con notables logros sociales, que de tan comunes, a veces ni nos asombran; sin embargo, algunos de estos estremecen el mundo. Cuba consiguió eliminar la transmisión del VIH y la sífilis de madre a hijo gracias a la conjunción de múltiples factores, y pidió una evaluación de los organismos competentes; el hecho fue confirmado esta semana.
Para el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil, del Ministerio de Salud Pública, “se logra como expresión de la atención que el Gobierno presta a la salud de sus ciudadanos, y a la voluntad política reflejada en el apoyo económico, y sobre todo de un entorno jurídico favorable”.
Para demostrar su afirmación, Fumero se refirió al objetivo 57 de la Primera Conferencia del Partido, donde se declara que la salud y los derechos de la población son prioridad del Estado, y también a los seis Lineamientos relacionados con el perfeccionamiento de la calidad de los servicios de salud que se le brindan al pueblo.
“Las fortalezas para lograr este resultado son la garantía de acceso universal, gratuito y equitativo de la población a esos servicios; la atención médica i ntegral que recibe en todos los niveles del sistema, el perfeccionamiento de la práctica del médico y la enfermera de la familia en la promoción de salud, la prevención de enfermedades, la atención y la rehabilitación de los pacientes.
“También está avalado por la integración de programas priorizados como el materno infantil, el de control y prevención de las infecciones de transmisión sexual y VIH/sida, el de educación integral en la sexualidad, y juega un papel importante el abordaje intersectorial, interdisciplinario y la participación activa de muchas entidades, gubernamentales o no, y de la sociedad civil”.
Intervenciones de salud
Álvarez Fumero considera como las principales intervenciones de la salud pública para eliminar la transmisión de la sífilis de madre a hijo, “haber instituido la realización de la serología VDRL en todos los trimestres del embarazo y después del parto, lo que eleva a más de 250 mil la cifra de las aplicadas a las gestantes, de entre un millón 500 mil que se realizan como promedio anualmente.
“Existen tratamientos para todas las embarazadas con serologías reactivas y de inmediato se estudian sus recién nacidos, se les hace diagnóstico de sífilis y se les indican los medicamentos correspondientes.
“Eso permitió disminuir la incidencia de sífilis en las gestantes a un nivel tan bajo como de alrededor de 0,15 casos por cada 100 embarazos captados en un año; desde 1980 las tasas de sífilis congénita se mantienen por debajo del criterio de eliminación establecido en la estrategia regional que es menos de 0,5”.
Rigor en el caso del VIH/sida
“Para eliminar la transmisión materno infantil del VIH/sida se ha priorizado la atención integral y multidisciplinaria a la gestante que se detecta seropositiva o que, sabiendo que lo es, decide tener un embarazo.
“Estas mujeres reciben controles perinatales mensuales, se les refuerza la nutrición a partir de una dieta hipercalórica e hiperproteica con suplementos de hierro y ácido fólico, reciben atención estomatológica integral, y se les pesquisa la sífilis, la hepatitis B y C y otras infecciones de transmisión sexual.
“Al igual que a sus parejas, les hacen serologías VIH en los tres trimestres del embarazo; tienen un seguimiento mensual clínico-inmunológico, tratamientos con drogas retrovirales desde las 14 semanas de embarazo, un esquema de vacunación, y se les practica la cesárea electiva a las 39 semanas”.
El jefe del Departamento Materno Infantil explicó que esta medida es de obligatorio cumplimiento, porque “el canal del parto constituye una de las vías por las que con mayor frecuencia se infestan los recién nacidos, al entrar en contacto con las secreciones vaginales o la propia sangre de la madre que se produce durante ese acto.
“La segunda fuente de contaminación es a través de la placenta al final del embarazo, por lo que se aplica terapia retroviral a la madre para disminuir la carga viral del sida a menos de mil copias; cuando está por debajo de este nivel las posibilidades de transmisión son mínimas. La tercera es a través de la lactancia materna, por la que esta se proscribe y se garantiza una leche artificial para el bebé.
“A los hijos de madres seropositivas los seguimos desde el punto de vista clínico e inmunológico hasta los 18 meses, y reciben tratamientos retrovirales desde las seis horas de nacidos hasta los seis meses como una forma de profilaxis; si tiene el VIH se aplican otros esquemas”.
Desde 1986, etapa del primer diagnóstico de VIH/sida en Cuba, a la actualidad, han nacido 931 niños sanos de madres portadoras, de un total de 978 en total. Con estos elementos el doctor Álvarez Fumero fue preciso: “En más del 98 % se logra la prevención”.