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La sistemática política de exterminio de la población civil palestina aplicada por Israel en los territorios ilegalmente ocupados se ceba en niños, adolescentes y jóvenes, y confirma su criminal pretensión de aniquilar la esperanza o el futuro del país árabe.
Uno de estos últimos actos de barbarie ha sido el asesinato en la localidad de Kufur-Malek, Cisjordania, del joven mártir palestino de 22 años de edad, Abdallah Hamayel, herido de un tiro por la espalda, otro en la pierna y embestido y aplastado por un jeep del ejército israelí ante las manifestaciones de condena y repudio de la indefensa población el lugar, rodeada por las tropas de ocupación sionistas fuertemente armadas.
En un testimonio del brutal hecho, brindado a Trabajadores vía Internet por Khaled Salama, representante del Partido del Pueblo Palestino para América Latina y el Caribe, residente en el lugar, manifestó que en la madrugada de ese día 300 efectivos israelíes irrumpieron en el pueblo para enfrentar y reprimir a jóvenes que protestaban por los abusos perpetrados continuamente contra sus habitantes.
Tras múltiples disparos, hirieron al joven en un pie y volcaron encima de él un vehículo militar, causándole una horrible muerte.
Estos hechos, señala Salama, se suceden a diario en pueblos y aldeas palestinos, las tropas del ejército de Israel, armadas hasta los dientes, irrumpen en esas localidades, decomisan tierras, derriban las viviendas, y levantan asentamientos para los colonos judíos.
Por su parte estos colonos, que también portan armas, queman las cosechas de los agricultores palestinos y derriban cientos de miles de árboles de olivo y frutales, privándolos de sus preciados medios de subsistencia.
La crueldad de los ocupantes, enfatizó, alcanza niveles infrahumanos, pues retienen por largas horas a los palestinos en los puestos de control, impidiéndoles el libre tránsito hasta sus localidades y sin importarles su edad, o estado de salud. Muchas veces mujeres embarazadas se ven obligadas al parto en ese lugar, con riegos de la vida para ellas y la de sus hijos, que en ocasiones provoca la muerte de la criatura, por falta de la debida atención médica.
Estas escenas se han venido repitiendo por más de 66 años, desde que el Estado sionista de Israel emergió en mayo de 1948, sobre los despojos de la tierra arrebatada a Palestina, sin que hasta el presente la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos, el fiel aliado de Israel en el Medio Oriente o la comunidad internacional hayan sido capaces de poner fin a una de las más grandes injusticias de esta época, expresó finalmente Khaled Salama.
