Una de las más extraordinarias divas, leyenda viva y gloria del arte y la cultura universales, sensiblemente apasionada de la danza, de su patria y de la Revolución cubana, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, removió los cimientos del histórico Museo de la Revolución (MR), en la capital, durante su presencia en esa institución para asistir al homenaje a ella tributado por el destacado artífice Jesús Lara Sotelo, con motivo de su exposición titulada Irla, instalada allí en el Salón de los Espejos, concordante con la 12ª Bienal de La Habana.
Fuertemente atrayente, tanto por su prestancia como por su donaire de mujer mítica, persistente e irrepetible, al numeroso público asistente al acto se unieron transeúntes y turistas que, al verla llegar al museo, reconocieron a la excelsa bailarina, Heroína del Trabajo (y de la Vida), una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza a nivel mundial y figura cimera del ballet clásico, quien, según palabras de José Andrés Pérez Quintana, director de esa instalación, fue una de los primeros visitantes de la exposición con la cual se inauguró el MR, el 2 de enero de 1974.
Recordó asimismo que entre los tesoros más valiosos del MR se encuentra un reconocimiento a Alicia, a su obra y a su maestría.
“Alicia no es solo la prima ballerina assoluta, no solo es la fundadora del Ballet Nacional de Cuba y de la escuela cubana de ballet, sino también es martiana confesa a quien el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz le entregó la Orden José Martí que muy pocos cubanos ostentan”, dijo, por su parte, Rafael Polanco, vicepresidente de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) y director de Honda, la revista que publica esa entidad que preside el Doctor Armando Hart Dávalos.
Conmocionada, tras palpar con deleite la superficie del lienzo que lleva por título Supremacía de la luz, en técnica mixta, trabajado con texturas de pigmentos e hilos entrecruzados, a través de los cuales se divisa la imagen calada de una bailarina, Alicia agradeció a la SCJM este regalo realizado especialmente para ella por el joven Francis Fernández Trujillo, avezado alumno de Lara Sotelo.
En sus breves palabras, la directora del BNC expresó que estaba sumamente emocionada por este homenaje de Lara y del MR, el cual la hizo sentirse “rodeada de todos los cubanos y amigos… La emoción del corazón es mucho más grande que la emoción de la cabeza”, afirmó y concluyó que la unidad de su patria y “la de todos ustedes me dan fuerzas”.
Durante el acto, el prolífico artista develó una obra de gran formato (300 x 200 cm) titulada Odas en azul prusiano, la cual realizó en recordación del aniversario 70 del debut en Cuba de la Alonso en Giselle, ballet de carácter dramático, cumbre del romanticismo danzario. El cuadro pasó a formar parte de la muestra Irla, representativa de la trayectoria artística de este creador durante 25 años.
“He tenido el atrevimiento de, una vez más, volcar mi frenesí, mi pasión creadora y dibujar con mi espíritu, con mi sudor y con mi amor este retrato que he concebido para Alicia: Odas en azul prusiano. Se lo dedico desde muy hondos sentimientos, de esos que se albergan en la profundidad humana y que rara vez salen de manera calmada…”, enfatizó Lara en su intervención.
El investigador literario, periodista y crítico, Doctor Pedro Simón Martínez, director del Museo de la Danza y de la revista Cuba en el Ballet, compañero en la vida de la Alonso, celebró este nuevo encuentro entre la danza y las artes plásticas “que ya tiene una tradición entre nosotros. Los pintores cubanos desde hace mucho tiempo están muy cercanos al espíritu de la danza y lo han expresado en sus obras de manera magistral. De ellos tenemos ejemplos, como el de nuestro amigo Jesús Lara, quien ha trabajado con ahínco y en muchas vertientes para crear una obra valiosa, una obra variada y rica en la que ha habido lugar para la danza, y sobre todo para la figura de Alicia Alonso”.
En nombre de Alicia y en el suyo entregó al artista dos libros dedicados por ella sobre sus interpretaciones en Giselle y Carmen.
Durante la ceremonia, la joven estudiante de ballet, Daniela Concepción, realizó un performance inspirado en Odas en azul prusiano.