La edición 24 de la Feria del Libro Cuba 2015 ya es historia y de ella quedan las remembranzas de ese particular modo de acceder a la lectura, con los recintos desbordados de pueblo, la avidez por encontrar lo que se busca, llevar a casa un trozo de cultura cubana y universal condensada en pocas páginas.
Fue en la provincia de Santiago de Cuba, como ya es habitual, donde la víspera se le puso punto final a un evento que se confirma como el más masivo de su tipo, que esta vez se extendió de febrero a abril sin perder el interés del pueblo y las motivaciones para el reconocimiento a los escritores que fue dedicada —Olga Portuondo y Leonardo Acosta— y el acercamiento a los libros y las tradiciones de la India como país invitado de honor.
Resaltó el desarrollo del Primer Evento Científico Bibliotecológico organizado por la Asociación Cubana de Bibliotecarios.
De occidente a oriente este peculiar jolgorio de papel y palabras festejó los 15 años de las ediciones territoriales, una idea que fraguó con todo éxito y que a la luz de estos tiempos valida la prominencia de esos sellos editoriales, imprescindibles ya en el universo del libro cubano.
El adiós a esta 24 edición se dio con más alegría que pesar, no solo por el saldo que dejó a favor de la cultura, sino también por el buen augurio que significa saber que el próximo febrero la celebración será por el primer cuarto de siglo de la Feria del Libro.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.