En los primeros meses de vida, el bebé expresa sus necesidades mediante gestos, contactos visuales, cambios en el tono muscular, es decir, a través del lenguaje corporal. Poco a poco comienza a emitir diferentes tipos de sonidos que se complejizan paulatinamente.
El lenguaje en el primer año de vida se caracteriza, en lo fundamental, por vocalizaciones (aa, ee) y los llamados gorjeos (gu, gu, agu…); balbuceos (bu, ba…), silabeo (ta, ma, pa…) teniendo lugar, para finales de ese período, una comprensión del lenguaje del adulto en que empieza a establecerse una relación condicionada entre el objeto y la palabra.
Este primer año se considera una etapa de preparación y ejercitación por parte del pequeño para lograr el dominio de la lengua. Suele llamarse prelingüístico, ya que incluye en su mayoría, no tanto palabras con significado como vocalizaciones y otras expresiones sonoras, de las que forma parte el llanto como primera forma de comunicación del bebé con el adulto. En esta etapa juega un importante papel la gestualidad, pues aún la comunicación mediante signos lingüísticos es casi nula.
Tomado del Alfabeto de mamá y papá, de Marilys Suárez