Aunque pertenecen a áreas geográficas y contextos diferentes, el uruguayo Fernando Rodal, el nicaragüense Fredy Franco, y el español Pedro Polo comparten criterios de avanzada en cuanto al logro de una educación gratuita, de calidad y para todos.
Una vez más, congregados en La Habana con el propósito de participar en uno de los foros organizados como parte de Pedagogía 2015, los sindicalistas abordaron la situación educativa actual, cuando existen más de 700 millones de adultos analfabetos y 57 millones de niñas y niños no escolarizados.
Al referirse a la Confederación de Educadores Americanos (CEA), que encabeza por un segundo mandato y hasta el 2018, Rodal dijo que hoy esta organización se encuentra en una nueva etapa gracias a la unión alcanzada, lo cual constituye un elemento poderoso para defender con firmeza la educación, un derecho universal.
Integrada por una membresía de más de 5 millones de personas, sobre todo de los países de América del Sur, la CEA (Cuba también ocupa una de sus vicepresidencias) enfrenta esa tendencia a la fragmentación que muchas veces es promovida desde los círculos de poder para evitar que los trabajadores se articulen y emprendan tareas comunes.
Por lo tanto, quiere crear un lugar en la diversidad, donde todos tengan cabida con un objetivo único: la defensa de la educación pública como garantía del desarrollo.
Dos voces unidas pese a la distancia
Fredy Franco, quien dirige la Federación de Sindicatos de Trabajadores Universitarios de Centroamérica, América y el Caribe y, además, la Federación de Profesionales Docentes de la Educación Superior de Nicaragua, apuntó que en la región hay dos realidades.
Por un lado, señaló, países que avanzan de manera progresista en términos de financiamiento a la educación, el mejoramiento al acceso y la calidad. En tanto, otros muestran retroceso por las políticas neoliberales, tal es el caso de Honduras, donde continúa la violencia y la represión contra los educadores, los universitarios, los periodistas y los campesinos.
Franco precisó que se trata de un contexto diverso, ante lo cual los trabajadores deben luchar por sus derechos. “En este mundo complejo, caracterizado por una revolución científico técnica y el desarrollo impetuoso de las telecomunicaciones, las organizaciones sindicales deben tener, como nunca antes, una mayor capacidad para asumir los retos del progreso, y representar mejor los intereses de los educadores”, enfatizó.
Con total claridad de cuál es el rol a desempeñar, Pedro Polo, del Sindicato Educativo en las Islas Baleares, y también asesor de la CEA, refirió los orígenes de la escuela de formación para dirigentes sindicales, creada por él 25 años atrás donde reside, en Palma de Mallorca.
En aquel entonces, contó, había maestros en paro, sin trabajo, y también vio la necesidad de que el currículo escolar tuviera en cuenta las características de las localidades; ello se hace muy difícil, pues el profesor tiene poco tiempo.
Así surgió la idea de conformar unidades didácticas para abordar temas de interés para las comunidades, como la xenofobia, el neoliberalismo. A ese empeño se sumó el sindicato con la incorporación de muchos voluntarios.
A la pregunta de cuál es el principal problema de los educadores españoles, Polo respondió de un tirón: “¡El propio Gobierno!, pues ha ido dejando caer la enseñanza, creando problemas en el sector, recortando el número de profesores, los salarios, las becas para los alumnos, las ayudas para los comedores escolares; ha masacrado hasta nuestra propia lengua”.
Un tema ineludible
Como en otras ocasiones, la condena al bloqueo imperialista contra Cuba estuvo presente en estos testimonios, enriquecidos ahora por la noticia que el pasado 17 de diciembre recorrió el mundo acerca del posible restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos.
Al respecto, el presidente de la CEA opinó: “Inmediatamente de haberse producido el anuncio oficial expresamos nuestra inmensa alegría; sobre todo por la liberación de los compañeros que estaban encarcelados injustamente. No solo se reivindicó un aspecto político de la lucha en Cuba, sino también el sentido de lo humano, al retornar ellos con sus familiares.
“En cuanto a las relaciones entre ambos países, esto ha sido un paso de avance, y quizás lo más difícil esté por venir. El bloqueo sigue siendo un tema central y debe ser eliminado para luego conversar seriamente sobre un asunto que trasciende el permiso para poder viajar, y debe apuntar hacia un restablecimiento pleno y respetuoso entre dos naciones”.
Admirado por la resistencia, valentía y dignidad del pueblo cubano, el dirigente sindical aseguró que Nicaragua también comparte con satisfacción ese acontecimiento. “Lo primero —consideró— es la suspensión del bloqueo, el principal obstáculo que tiene Cuba para su desarrollo, también una violación de los derechos humanos.
“El presidente norteamericano Barack Obama reconoció el fracaso de esa política imperialista, entonces esperamos que adelante lo necesario en los años que le quedan en el poder.
“Asimismo, como se ha dicho, Cuba debe ser borrada de la lista de países patrocinadores del terrorismo, pues Estados Unidos no tiene autoridad moral para calificar así a una nación que ha brindado ayuda solidaria a muchos países del mundo”, enfatizó.
Convencido de que más temprano que tarde el bloqueo será eliminado, Franco alertó acerca de otras estrategias de la política imperialista. “El pueblo cubano debe prepararse —subrayó— para los nuevos escenarios y otros tipos de agresiones”.
Por su parte, el representante del sindicalismo español catalogó como positivo lo acontecido sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. “Hay una cuestión importante que Estados Unidos no tiene presente y es que los derechos son individuales, colectivos y de pueblos, y la gran potencia solo ha mirado los de algunas personas.
“Ante esta nueva coyuntura hay que esperar, ver si se toma una serie de acuerdos y, sobre todo, respetar el derecho de las naciones a su autodeterminación, y eso pasa por levantar el bloqueo económico, comercial y financiero. Ellos que hablan del libre mercado, no deben obstruir las relaciones de Cuba con quienquiera, ya sean empresas o países. Esa es su potestad”.