Olga Portuondo podría estar horas hablando sobre la historia y el rol de los habitantes de Santiago de Cuba en el devenir de la nación. Sus palabras suenan a profundas revelaciones tamizadas por la sicología, la sociología, la historiografía y otras herramientas de las ciencias sociales que le han permitido entender y explicar la realidad.
Olga nació en Camagüey. Nadie podría discutirle esa herencia materna de términos que recuerda y no emplea —coletón por cortina, pabellón por bandera, vos en lugar de usted…—, ni tampoco la auténtica afición por hacer dulces caseros para luego compartirlos son los amigos. No obstante es en Santiago de Cuba donde ha echado está su vida.
No es extraño entonces que conecte su condición de figura invitada a la Feria del Libro con los 500 años que cumplirá esa villa el venidero 25 de julio: “Esa es una de las razones, quizás la de mayor peso”, reconoció, con modestia, en una relucida y bulliciosa mañana de diálogo en la sala de su casa que devino, para mí, en lección y descubrimiento.
“El espacio que me han dedicado en la Feria también guarda relación con mi entrega a la historia de la región oriental. No soy la única, hay una historiografía interesante que ha puesto al descubierto muchas de las cosas que se ignoraban y facilitarán una visión más integral de Cuba. Mi presencia en la Feria me permitirá insistir sobre estos temas, aportar nuevas informaciones y representar a la historiografía que acá florece con mucha calidad”.
También aporta una perspectiva femenina, algo que no es muy frecuente en la historia…
“Hay otras historiadoras a las que también se les ha dedicado la Feria. Cuando me dieron el Premio Nacional de Ciencias Sociales reconocí que una de las cosas de la Revolución de las cuales me siento orgullosa es del hecho de habernos dado voz. Antes apenas una o dos habían tenido esa posibilidad. La visión de la historia de Cuba, a través de la mujer, adquiere un sentido más humanitario, de conjunto, que la visión estrictamente política y no pocas veces también machista, de los historiadores.
Por muchas razones es bueno que las mujeres nos expresemos en el sentido histórico. Uno de ellos es que nuestro punto de vista suele ser diferente de esa visión tradicional que atiende más la guerra, a los combates, donde no participa, por ejemplo, la cotidianidad, la moda o el quehacer de la vida en cada país.
Esta Feria también le permitirá desengavetar algunos proyectos…
Bueno sí. Algunos de mis libros se van a reeditar y habrá otros nuevos. Entre las reediciones estará el libro dedicado a la Patrona de Cuba (La virgen de la Caridad del Cobre: símbolo de cubanía), que va como por seis ediciones. Imagino que llegue uno publicado en el 2014 sobre los terremotos en Santiago de Cuba (¡Misericordia! Terremotos y otras calamidades en la mentalidad del santiaguero). Es una visión antropológica sobre cómo reacciona la comunidad ante esos sucesos que han dejado su huella en la sicología de la región, y que está particularmente acendrado en el santiaguero. Me refiero a su capacidad de resistencia y a la vez, el vivir del día a día. Los cubanos en general no somos de proyectarnos a largo plazo como hacen los europeos, por ejemplo. Eso es bueno y malo, porque si no podemos planificarnos a largo alcance, pues nos sorprende la vida.
Entre los libros novedosos está el de la herencia francesa (Francia y Haití en la cultura cubana). Es un compendio de artículos y textos. Uno de ellos aborda la relación de José María Heredia y Heredia, el nuestro, y su primo, José María Heredia Girald, el parnasiano, que llevó el alma de Cuba y de todo el Caribe al ese movimiento del que fue uno de sus fundadores.
Otra de las novedades aparecerá en dos tomos. Está dedicado a Manuel María Pérez, un polígrafo cubano, santiaguero, que escribió casi hasta los 80 años. Vivió la segunda mitad del S XVIII y toda la primera mitad del XIX. Fue testigo de ese cambio tan dramático de la hacienda a la plantación, y a través de sus textos vemos como la mentalidad del individuo también fue cambiando, el rechazo que por un lado esto provocaba y, a la vez, cómo fue asimilando la nueva sociedad mercantil capitalista. Es la biografía y la compilación de su obra que es poco conocida pues nunca publicó un libro, solo en los periódicos.
Títulos de Olga Portuondo Zúñiga editados para la Feria
Francia y Haití en la cultura cubana (José Martí)/ Entre esclavos y libres de la Cuba colonial, La virgen de la Caridad del Cobre: símbolo de cubanía (Oriente)/ Nicolás Joseph de Ribera (Ciencias Sociales)/ Polígrafo cubano. Tomos I y II (Letras Cubanas)/ Caribe. Raza e identidad, Un liberal cubano en la Corte de Isabel II (Unión)/ Una derrota Británica en Cuba (Historia)/ Manzanillo. De Salvador Golomán a Carlos Manuel de Céspedes (Orto)/ Pensar y existir en cubano (Santiago).