La autoproclamada República Popular de Donetsk pidió el 25 de noviembre una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para tratar el posible envío de cascos azules al este de Ucrania, con el propósito de controlar el cumplimiento de los acuerdos logrados y normalizar la situación humanitaria.
La población no recibe suministros de electricidad, gas ni medicamentos. Las operaciones militares contra los independentistas de la región han dejado desde abril según la Onu, más de 4 mil muertos y casi 10 mil heridos.
Parte de la propaganda mediática trata de hacer creer a la opinión pública que es el Kremlin el responsable de lo que sucede en la nación vecina. Aunque señalan expertos que el verdadero propósito de Washington relacionado con la crisis está dirigido contra Rusia.
Se han filtrado a internet documentos relacionados con la ayuda militar que Estados Unidos brinda a las tropas ucranianas con la aprobación del presidente Barack Obama.
En este sentido, el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, propuso aumentar el presupuesto para la defensa, y no descartó “cierta” militarización de la sociedad. Por el momento, entre el 2015 y el 2017 se asignarán más de 3 mil millones de dólares para el rearme de las Fuerzas Armadas.
En abril de este año se realizaron negociaciones en Ginebra entre Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y Ucrania con vistas a un diálogo nacional, lo que resulta difícil por las trabas de las mismas autoridades de Kiev. Después, en septiembre, se firmó el acuerdo de paz en Minsk; pero todo parece en vano. Recientemente el representante de Moscú ante la Onu, Vitali Churkin, acusó a los militares ucranianos de obstaculizar el trabajo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
Cinco de los seis partidos de la Rada Suprema de Ucrania (Parlamento) acordaron el pasado día 21 ratificar su interés por el ingreso del país a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), solicitud en marcha desde el 2008. Poroshenko anunció que la decisión se tomará tras un referéndum. Mientras, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, declaró su beneplácito.
Denuncia la prensa que la Otan en territorio de Ucrania, aparte de realizar maniobras provocativas cerca de la frontera rusa, pretende transformar a Ucrania en una base militar de Estados Unidos.
Ante la solicitud de ayuda militar por parte de Kiev, Lituania, colindante con la región rusa de Kaliningrado, suministrará armamento al ejército y apoyará con el entrenamiento de oficiales, incluidos ejercicios en el país báltico. Anteriormente se informó que Canadá envió un avión con refuerzo. Alemania, por su parte, rechazó proporcionar motores para los vehículos de transporte militar.
Medios blindados estadounidenses enviados a Polonia y los países bálticos para ejercicios militares se quedarán en esos lugares.
En medio de la caldeada situación en el área, Georgia, otro vecino de Rusia, acusó a Moscú por la firma de un convenio con Abjasia, que permite la formación de tropas bajo un mando único y ayuda recíproca en caso de agresión. Abjasia es una antigua autonomía georgiana cuya independencia Moscú reconoció en el 2008.
Por su parte, Francia decidió posponer la entrega del portahelicópteros Mistral a Rusia, poniendo como pretexto la situación en Ucrania, se dice que fue debido a presiones estadounidenses. El contrato valorado en mil 200 millones de euros se firmó en el 2011.
Vladímir Putin dejó entrever el pasado 24 de octubre en Valdái que Rusia no se cruzará de brazos ante la amenaza que se cierne sobre su seguridad nacional debido a los planes de la Otan de rodear al país.