El programa estadounidense que promueve el abandono de su misión por cooperantes de la salud cubanos en el exterior es “muy difícil de justificar” y dificulta la construcción de “una relación más saludable” entre ambas naciones, asegura un nuevo editorial del influyente diario norteamericano The New York Times.
“Hay muchos aspectos condenables de las políticas fallidas de Estados Unidos respecto a Cuba y el embargo que impone a la Isla desde hace décadas. Pero el programa que incentiva la migración de personal médico durante asignaciones oficiales en el exterior es particularmente difícil de justificar”, refiere el sexto editorial que dedica el rotativo a abordar las relaciones cubano-estadounidenses.
Publicado tanto en inglés como en español bajo el título “La fuga de cerebros en Cuba, cortesía de EE.UU.”, el material asegura que “mientras se mantenga esta política incoherente, establecer una relación más saludable entre ambas naciones va a seguir siendo difícil.
The New York Times resalta que el Secretario de Estado John Kerry y la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Samantha Power, han elogiado la contribución de médicos cubanos que atienden a pacientes con ébola en África occidental. Asimismo, señala que el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, una agencia federal norteamericana, envió recientemente a un funcionario a una reunión regional en La Habana, convocada por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para coordinar acciones contra la epidemia.
“Sin embargo, los médicos que trabajan en África occidental hoy podrían fácilmente abandonar sus obligaciones, tomar un taxi a la embajada estadounidense más cercana y solicitar estatus migratorio, mediante un programa que ha permitido miles de deserciones. De ser aprobados, pueden ingresar a Estados Unidos en cuestión de semanas, a pocos años de convertirse en ciudadanos estadounidenses”.
El diario apunta que es incongruente que Estados Unidos valore las contribuciones de los médicos cubanos enviados por el gobierno para asistir en crisis mundiales, como aquella del terremoto en Haití en el 2010, mientras procura desestabilizar al estado facilitando las deserciones.
Reconoce asimismo que la Isla tiene uno de los índices más altos de médicos per cápita en el mundo, y ofrece becas para cursar estudios de salud a cientos de estudiantes internacionales cada año, entre ellos, algunos estadounidenses.
El programa de incentivos a la deserción de profesionales de la salud comenzó en agosto del 2006 y fue diseñado por la rama ejecutiva, en una época en que la administración de George W. Bush “estaba procurando sabotear al Gobierno cubano”, recuerda el editorial.
El periódico neoyorquino sostiene que el sistema migratorio estadounidense debe dar prioridad a los refugiados y a las personas perseguidas más vulnerables del mundo. “Pero no debe utilizarse para agravar la fuga de cerebros de una nación adversaria, sobre todo, cuando mejorar la relación entre los países es un objetivo viable y sensato”.
El diario concluye que a muchos profesionales médicos seguramente les seguirá interesando la posibilidad de emigrar a Estados Unidos en busca de oportunidades, “pero invitarlos a desertar durante misiones en el exterior es excesivo”.
A pesar de las privaciones económicas y la política estadounidense de bloqueo, más de 50 000 cooperantes de salud cubanos —de ellos cerca de 25 000 médicos— están presentes hoy en 66 países.
Desde 1959, más de 158 países han sido testigos de la solidaridad y la calidad humana de los profesionales formados por la Revolución en las más difíciles circunstancias. En total, se han cumplido más de 595 000 misiones internacionalistas en las que han participado cerca de 325 000 trabajadores de la salud.
Algunas cifras pueden ilustrar esa proeza: más de 1 207 millones de consultas médicas, más de dos millones 280 000 partos, ocho millones de intervenciones quirúrgicas y más de 12 millones de niños y embarazadas inmunizados.
En la actualidad, la cooperación en el sector de los servicios, fundamentalmente en el área de la salud, constituye una de las principales fuentes de ingreso de divisas al país, sin abandonar los principios solidarios y humanistas que siempre han guiado a nuestra Revolución.
(Tomada del periódico Granma)