A tiempo estamos para que el refrán: “Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza”, se incumpla en la creación de las cooperativas no agropecuarias, en específico las de Villa Clara, como parte de la actualización del modelo económico cubano.
Varios han sido los inconvenientes a los que estos trabajadores se han enfrentado: trámites engorrosos, incumplimientos de contratos, desconocimiento del proceso, tanto de ellos como de las entidades estatales con las que entran en relación, así como falta de garantías por enfermedad o accidentes de trabajo en los primeros seis meses, entre otros asuntos.
Se presentan otras dificultades que son parte del momento de iniciación de esta forma de gestión, solubles casi todas con medidas organizativas; por ejemplo, en la cooperativa dedicada a la ornitología sus miembros manifiestan que existe una dualidad que entorpece su funcionamiento, pues el presidente es el mismo de la Asociación Ornitológica y consideran que la comida de las aves pudiera desagregarse en los diferentes municipios y no concentrarla en la capital provincial, como sucede hasta el momento.
En la de herreros de Placetas, que confeccionan clavos, exponen problemas con el gasto de electricidad, porque el contador es el mismo para el taller y la vivienda, por lo que se sobregiran y quisieran además obtener la materia prima en Planta Mecánica de Villa Clara pues hasta ahora solo se les permite en Acinox Las Tunas y Camagüey. En cambio, la cooperativa dedicada a la recolección de materias primas y desechos de Manicaragua marcha a pedir de boca.
Renace Aborigen, encierra La Concha
Aborigen y La Concha, la primera un establecimiento que pertenecía a Comercio y Gastronomía y la segunda a la Gerencia Palmares de Turismo, tienen experiencias diferentes mar cadas por la forma en que se realizó el paso de unidad estatal a cooperativa y la atención de los organismos de los cuales se desprendieron durante ese tránsito.
Aborigen da servicio en la zona del Hospital Provincial Celestino Hernández y el Cardiocentro Ernesto Guevara de Santa Clara; La Concha es un restaurante que se dedica a la comida internacional. Mientras que en la primera el paso a la nueva gestión se dio con naturalidad y sentido de pertenencia, los integrantes de la segunda consideran que Palmares pudo haber tenido una actitud más colaborativa. No obstante, las dos cooperativas han aumentado sus ventas.
En Aborigen se dio el caso de una trabajadora que en los primeros seis meses ha presentado reiterados certificados médicos y no existe legalmente nada estipulado al respecto, lo cual debería estudiarse, pues es una carga financiera que durante esta etapa de implementación de la nueva forma de gestión es difícil asumir.
José Hernández Guardado, presidente, explicó que entre todos los miembros buscaron una manera para el sustento de la trabajadora, además añadió detalles sobre cómo funcionan. “Compramos el equipamiento, los contratos van marchando aunque presentan algunos problemas por inestabilidad en el suministro de productos cárnicos y lácteos, fundamentalmente porque estas entidades no conocían cómo hacer contrato con una cooperativa no agropecuaria.
“El abastecimiento de los insumos que aporta Comercio y Gastronomía se comporta favorablemente, incluso se han incrementado y se incluye el contrato con la empresa de servicios para el mantenimiento de neveras y otros útiles.
“Hemos tenido que enfrentar trámites bancarios, sacar cuentas hasta el mínimo detalle, estar al tanto de todos los indicadores económicos y cumplir cada obligación legal; es beneficioso el ciclo de pagos de 45 días, porque nos ha dado liquidez para no tener que pedir créditos. Estamos en período de aprendizaje, pero opinamos que deben reanalizarse los precios y los impuestos”.
En La Concha el panorama es distinto. Según declararon recibieron el mobiliario en mal estado, el local con filtraciones e iniciaron el traspaso con estas dificultades. Carlos Loyola, presidente, reconoció que “Palmares apoyó en algunas cuestiones, pero la desincronización surge al tener que dedicar un mes de los tres primeros para mejoras constructivas y no a prestar servicio. La experiencia indica que para la creación de las próximas cooperativas se deben abrir con las condiciones creadas”.
Contrario a Aborigen, Comercio y Gastronomía se comporta con seriedad en el suministro de productos, mientras que Palmares es inestable. “Tenemos insatisfacción con los precios establecidos para la mayoría de los insumos y otros imprescindibles como el pollo, aceite y puré de tomate. Palmares no los suministra porque les da pérdida a esa entidad y otros lugares no están autorizados a vender a las cooperativas no agropecuarias.
“Otras unidades como la panadería El Pinto, la empresa eléctrica, acueducto y alcantarillado mantienen relaciones contractuales positivas. Inversamente con Cupet y la empresa de gases industriales no han podido establecerlas porque no está determinado cómo brindar el servicio.
“Además el local posee muchas áreas que están subutilizadas y se le paga a Palmares 10 CUC por cada metro cuadrado, lo que es un gasto muy alto por ese concepto. A lo anterior añádele que los contratos con las agencias de viaje son engorrosos, porque hay que realizarlos en la capital del país o Varadero, lo que encarece las gestiones cuando pudieran hacerse en la provincia”.
Los inconvenientes indican que para la creación de las cooperativas es necesario capacitar al personal y que cuando las empresas de las cuales se desprendieron estos trabajadores organizan el proceso adecuadamente, hay resultados positivos.
Los asociados de todas las cooperativas tienen sentido de pertenencia, es visible la calidad en el servicio o en la producción que realizan, poseen deseos de trabajar, por lo que se impone enderezar las ramas para que el tronco vaya a su lugar y no se cumpla el conocido refrán.