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Por Evelio Tellería Alfaro y Alberto Núñez Betancourt
Justo por estos días de la Feria de La Habana el quehacer del Laboratorio de Ensayos de Tropicalización, Labet, se multiplica. Resulta usual el ir y venir de sus especialistas por los pabellones de Expocuba en busca de consolidar clientes y sumar otros a los centenares ya existentes en el territorio nacional y en un buen número de países.
El trabajo comienza semanas antes, cuando recibimos de nuestra Cámara de Comercio una información actualizada de firmas visitantes interesadas en introducir o ampliar sus productos en Cuba, explica la ingeniera química Moraima Keeling Álvarez, directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Labet, perteneciente a la Empresa de Servicios Tecnológicos, CTEC.
En consecuencia —añade— identificamos oportunidades para las rondas de negocio a partir de la descripción de equipos, medios, componentes… que deben requerir nuestros servicios, consistentes en ensayos climáticos naturales y acelerados (en cámaras) para determinar la resistencia de los productos ante la influencia de factores ambientales.
Durante la presente semana los profesionales y técnicos de la UEB pueden localizarse en el stand del Grupo Empresarial de la Sideromecánica, Gesime, integrado a la Feria.
Llama la atención la labor y utilidad que registran los 27 trabajadores de esta institución, entre ellos algunos adiestrados ingenieros químicos, y en telecomunicaciones, plantilla racional que enfrenta con calidad un amplio contenido.
No es casual el aval otorgado al centro por la Oficina Nacional de Normalización y el Bureau Veritas, prestigiosa entidad francesa que le certifica el sistema de gestión ISO-9001-2008. En el presente, Labet transita una segunda etapa evaluativa documental, regida por la norma ISO-IEC NC 17025-2006, para obtener la acreditación por parte del órgano nacional que establece los requisitos generales para la competencia de los laboratorios de ensayos y calibración.
Prevenir, evitar y recomendar
Labet ensaya, evalúa y certifica según normas internacionales y bajo las condiciones de nuestro clima, artículos, equipos, componentes y materiales, entre muchos otros productos de importación y de procedencia nacional.
Su localización tiene mucho que ver con la labor que lo distingue al estar ubicado al este de La Habana, en una zona costera de Cojímar caracterizada por poseer uno de los microclimas del país con mayor agresividad ambiental, dado los altos valores de salinidad, humedad relativa, radiación solar y temperatura, por lo cual resulta una gran cámara de ensayos naturales.
Sus servicios especializados no solo abarcan a entidades del Ministerio de Industrias, al cual pertenece, sino que se destinan a otros organismos y empresas nacionales, así como a entidades extranjeras, mixtas o cooperadas radicadas en el país o fuera de este, que están interesadas en importar, exportar o introducir sus productos en el contexto cubano.
Al mismo tiempo apoya inversiones que sustituyen importaciones, pues mediante los ensayos requeridos valida, por ejemplo, que la fabricación de un determinado producto en Cuba cumpla con los requerimientos establecidos por normas internacionales que el laboratorio aplica o exige para su posterior uso en el país.
Un grupo de resoluciones ministeriales respaldan su labor. Entre los principales renglones analizados en sus instalaciones figuran equipos electrodomésticos, electrotécnicos y de comunicaciones, componentes eléctricos y electrónicos, diversos tipos de recubrimientos, accesorios metálicos, impermeabilizantes, plásticos en general y otros polímeros, carpintería y perfilería de aluminio y PVC, sistemas de puertas y ventanas de aluminio.
Institución sui generis
Por su carácter preventivo, una arista no menos primordial de este centro sui generis en nuestra área geográfica es la fiscalización de algunas mercancías importadas para aprobar o no su aceptación, luego de someterlas a análisis, tales como ensayos climáticos naturales acelerados, para determinar la resistencia de los productos ante la influencia de factores ambientales, humedad y temperaturas máximas extremas, pruebas sobre la acción de la corrosión (niebla salina neutra), intemperismo natural y acelerado.
También se evalúan parámetros de recubrimientos, la estanqueidad al agua, permeabilidad al aire y resistencia al viento en sistemas de puertas y ventanas, seguridad eléctrica y ensayos físico-químicos.
Una vez finalizadas estas comprobaciones, el laboratorio expide un certificado de conformidad que expresa que el producto cumple los requisitos previstos y especificados para nuestro clima, o rechaza la solicitud.
Si se trata de una exportación, el aval otorgado facilitará su colocación en el competitivo mercado internacional de mercancías que satisfacen las exigencias mencionadas.
“Prevenimos ante todo”, comenta la ingeniera química Lilia González Ortega, especialista del laboratorio de ensayos de corrosión y secretaria general de la sección sindical, al referirse a ocasiones en que una vez adquirido el producto en el exterior, no reúne los requerimientos para nuestro clima, por ejemplo, y vienen aquí a ver las causas, añadió.
Establecer con regularidad un muestreo de productos en los contenedores para verificarlos antes de ir al mercado es un propósito que Labet aspira a materializar, precisó Julio Méndez Álvarez, especialista principal del laboratorio de equipos electrotécnicos.
Además del universo de cámaras para simular las más agrestes situaciones (temperatura, salinidad, humedad relativa y otros factores), en el área exterior de Labet funciona una estación destinada a ensayos naturales.
“La estamos remodelando con nuevos paneles y adquirimos una miniestación meteorológica con el fin de controlar la presión atmosférica, radiación solar y otros parámetros, de manera que podamos establecer comparaciones entre los ensayos acelerados en equipos y la exposición natural”, refirió Lilia.
Al decir de Moraima Keeling, directora del centro “nuestra cartera de negocios es amplia. No permanecemos tranquilos sino actualizándonos e identificando nuevas posibilidades, porque es creciente el número de clientes que acude aquí”.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.
