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Los problemas en la economía brasileña se erigen hoy como principal arma de la oposición para enfrentar a la presidenta Dilma Rousseff en sus aspiraciones de lograr la reelección en los comicios del 5 de agosto próximo, indica un reporte de Prensa Latina.
Sus adversarios tratan de resaltar las dificultades del sector industrial, en declive este año, y la caída del consumo para atacar a Rousseff y diferenciarla de los años de fuerte ascenso del Producto Interno Bruto con Luiz Inacio Lula da Silva.
El candidato socialista del PSB, Eduardo Campos, cuyo programa electoral se parece mucho al del ejecutivo actual, promete reducir el aparato burocrático y ofrece alternativas a empresarios con dificultades económicas para ganar adeptos.
Campos, exgobernador del estado de Pernambuco, propuso retomar el crecimiento sostenido de la economía, bajar la inflación y acometer una reforma tributaria.
En reunión la víspera con empresarios de la industria azucarera y productores de alcohol, se pronunció por establecer una política de precios que evite la caída brusca del valor del etanol en el mercado interno.
Otro candidato, Aécio Neves, de la Social Democracia Brasileña (PSDB), pretende un cambio radical en la economía, con la apertura del mercado y la no intervención del gobierno en el mercado.
Neves, el pretendiente de la derecha en Brasil, aparece como principal adversario de la actual jefa de Estado en esta contienda electoral con un 22 por ciento de apoyo popular.
Sus propuestas persiguen acabar de manera paulatina con los programas sociales implementados desde la llegada al gobierno en 2003 del expresidente Lula da Silva y aplicar el modelo neoliberal de desarrollo, aunque esto afecte a la clase trabajadora.
Según analistas políticos brasileños, como Samuel Pinheiro Guimaraes, otro importante contrincante de Rousseff y quizás el peor es la prensa brasileña, dominada por unas pocas familias interesadas en retomar el poder perdido con la victoria hace 11 años de Lula da Silva.
El aparato mediático derechista controla las comunicaciones en Brasil y hará todo lo posible para impedir la reelección de la presidenta del país, señalaron las fuentes.
Tales afirmaciones corroboran el arsenal de informaciones económicas que divulgan noticieros de canales de televisión cada día, en las cuales muestran las dificultades del país para avanzar en medio de una crisis global.
No aparecen asimismo los resultados de los programas sociales implementados que motivaron el crecimiento de la clase media en esta nación, la cual supera en casi todas las regiones del país a la población pobre.
Este avance parece pesar más e influir en los sondeos realizados hasta la fecha, que ubican a Rousseff en la preferencia del electorado con el casi el 40 por ciento de respaldo.
