Al cierre de octubre, Pinar del Río se encontraba entre las mejores provincias del país en el enfrentamiento a las principales afectaciones que hoy integran el cuadro epidemiológico en el territorio —la presencia del vector Aedes Aegypti, el dengue, las enfermedades diarreicas aguas y las infecciones respiratorias—, según afirmó Yoel Padrón Vega, vicedirector del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología.
La presencia del vector Aedes, transmisor del dengue, al cierre de septiembre presentaba indicadores inferiores a los necesarios para que no exista peligro de contagio, por debajo del 0,05 % de índice de infestación. Sin embargo, el municipio cabecera, Pinar del Río, no cumplía con estas cifras, lo cual aumenta las probabilidades de que ocurra la transmisión de la enfermedad al interior y hacia el resto de los territorios.
“La provincia presenta todos los recursos materiales y humanos para enfrentar el vector y evitar la transmisión del dengue, aunque contra nosotros atenta la situación ambiental y la infestación que presentan provincias cercanas con las cuales mantenemos un intercambio social, económico importante y en esos lugares si hay índices significativos importantes”, añade Padrón Vega.
El territorio sí reporta presencia del vector pero no caos autóctonos, pues estos llegan de otros territorios. El correcto funcionamiento de los sistemas preventivos de vigilancia es una de las características de Vueltabajo, pues a cada persona que arriba con fiebre a los servicios de salud se le hace un seguimiento exhaustivo hasta descartar la enfermedad.
Principales obstáculos para la higiene
Las principales incidencias en la situación epidemiológica de Pinar del Río se encuentran en la situación medioambiental, en especial lo relacionado con el agua y los desechos residuales. En el caso del agua, dos elementos son fundamentales a la hora de entender el fenómeno: el abasto del líquido a la población y la cloración del mismo.
“La provincia cuenta con 109 acueductos y 142 fuentes de abasto que sirven a casi 400 mil habitantes —esto representa casi el 70 % de la población— y la potabilidad en estos nueve meses se comportó a un 96,1 y la eficiencia en la cloración de la misma alcanzó un 94 %, ambos por encima de lo esperado”, explica Padrón Vega.
Sin embargo, se localizaron afectaciones a ambos indicadores en los municipios Viñales, La Palma, Consolación y Minas de Matahambre, debido a contingencias con los equipos. A finales del mes de octubre se contabilizaba un promedio de 16 mil personas afectadas por roturas en nueve fuentes. También se detectaron alrededor de 160 salideros de agua potable y no potable.
Los otros problemas estuvieron vinculados al desecho de los residuales líquidos, como explicó Padrón Vega: “La provincia cuenta con 9 sistemas de estabilización, alrededor de 17 mil 168 fosas y 80 tanques sépticos. Al cierre de septiembre había algunas de ellas con necesidades de evacuación y otras vertiendo al medio ambiente puesto que existían inconvenientes con el transporte especializado, el cual no es suficiente para los servicios”.
En el caso de los residuales sólidos, a fines de octubre, de un total de 57 vertederos había 19 con problemas higiénicos sanitarios y se destacaba la aparición de microvertederos. No obstante las dificultades, Pinar del Río es una de las pocas provincias del país que no presenta transmisión de dengue interno.
Enemigos más allá del dengue
Las enfermedades diarreicas agudas constituyen una afectación frecuente en la población cubana y han cobrado aún mayor atención desde que se detectaran en ciertas zonas de Cuba casos de cólera, enfermedad desaparecida hasta entonces de la isla por más de 100 años. Al cierre de septiembre, el sistema de salud provincial registraba unas 19 mil consultas por causa de las diarreas, cifra que disminuyó en un 34 % con respecto a igual período del año anterior.
Los trabajadores de la salud en Pinar del Río mantienen la alerta constante ante cualquiera de estos casos, siempre sospechando por el acecho del cólera, y listos a actuar, porque si se tratará de este último padecimiento, es necesaria la celeridad en las acciones para hidratar al paciente y estabilizar los signos vitales. Por otro lado, mientras los menores asisten rápidamente a consulta de la mano de los padres, los adultos tienden a automedicarse, lo cual obliga a mantener una vigilancia permanente.
En el caso de las infecciones respiratorias agudas, el otro principal enemigo que preocupa de la salud de los pinareños, presentaron menor incidencia con respecto a 2012, período en el cual el territorio se mantuvo en zona de epidemia del canal endémico. No obstante, las autoridades sanitarias no bajan la guardia para controlarlas.
La prevención, la detección a tiempo de los enfermos, el conocimiento de todas las dificultades que inciden negativamente en el medioambiente, son claves que aprovecha el sistema de salud pinareño para evitar las epidemias. Como reafirma Padrón Vega: “En el caso de las cuatro afectaciones fundamentales que marcan el cuadro higiénico epidemiológico de Pinar, en los cuatro casos, estamos entre las provincias con un mejor comportamiento de todo el país”.