Advertir a los ciudadanos que podrían provocar su muerte y la de quienes le rodean dejó de ser, aparentemente, una razón de peso para vislumbrar resultados tras años de campaña antivectorial contra el Aedes aegypti; la constancia de las acciones para eliminar a este enemigo en potencia se desvanece ante la estrategia desplegada por aquellas personas incapaces de percibir el peligro real que les acecha.
“La baja percepción de riesgo en la población resulta una de las principales causas de la permanencia del mosquito en nuestro entorno, a tal punto, que aun cuando no se reportan casos de dengue, la provincia sí presenta una situación epidemiológica compleja dada la proliferación del portador de la mencionada enfermedad, sobre todo en los municipios de Sancti Spíritus y Trinidad”, confirma la doctora Asiris Pérez Pérez, directora provincial del Centro de Higiene y Epidemiología.
Ante un riesgo combatido y subestimado por entidades e individuos, Trabajadores reflexiona en esta etapa estival para llegar hasta el más tozudo de los entendimientos.
Otra vez solicitamos su atención…
La Organización Mundial de la Salud (OMS) registra que más de la mitad de la población del orbe puede contraer la mencionada enfermedad infectocontagiosa; con esas estadísticas de por medio, podemos inferir que no somos inmunes a la inoculación, sobre todo si nosotros mismos propiciamos las condiciones para que el mosquito habite en nuestras viviendas.
Según la doctora Pérez Pérez: “Todavía encontramos ciudadanos que almacenan objetos en desuso en los que el agua se acumula, además, son reacios a que los operarios realicen la inspección intradomiciliaria, desperdician el abate empleado para evitar la presencia del zancudo en los tanques bajos e incumplen con las medidas divulgadas exhaustivamente por los medios de comunicación masiva”.
Basta la picadura del artrópodo infectado, en este caso la hembra hematófaga, para que la persona contraiga uno de los cuatro serotipos del virus del dengue, cualquiera de ellos puede provocar en el individuo contagiado por primera vez, el llamado dengue clásico; no obstante, si rebasara la enfermedad quedaría vulnerable para adquirirla nuevamente, pero en su forma más crítica: el dengue hemorrágico.
Fiebre alta, cefalea, erupción cutánea, náuseas, pérdida del apetito, así como el dolor detrás de los ojos, en los músculos y articulaciones, devienen síntomas que responden al mal menos invasivo, sin embargo, cuando el padecimiento tiene carácter avanzado pueden surgir hemorragias nasales, hipotensión, sangrado en las encías, dificultades respiratorias, vómitos y malestar de estómago continúo, una sumatoria de condicionantes que exponen al paciente al estado de shock como antesala de su muerte.
“Aún no contamos con una vacuna que contrarreste la enfermedad, solo se pueden tratar los síntomas de manera independiente para evitar la posterior complicación del cuadro clínico, por eso insistimos en extremar la profilaxis”, sostiene Asiris Pérez.
Mantener la hidratación en el aquejado, no utilizar el ácido acetilsalicílico presente en algunos medicamentos (por ejemplo, la aspirina) ni antinflamatorios no esteroideos como el ibupofreno son recomendaciones a seguir una vez detectada cualquier señal de infección. El diagnóstico oportuno y el tratamiento de profesionales capaces aumentan las posibilidades de vida, pero, sin dudas, evitar la enfermedad aplicando medidas preventivas constituye una elección inteligente.
No ha sido suficiente
La resistencia de los huevos del insecto permite mantener vivo al embrión durante un año con las condiciones de temperatura y humedad pertinentes, por eso, el autofocal domiciliario requiere constancia; además, el mosquito adulto vive alrededor de un mes y su capacidad de vuelo oscila entre los 100 metros, lo cual corrobora que somos propensos a picaduras provenientes de un espécimen “de la casa”.
“Estamos trabajando intensamente para disminuir la focalidad, incluso, realizamos saneamiento extradomiciliario en conjunto con Servicios Comunales y otras entidades, sin embargo, persisten los cúmulos de basura, dadas las indisciplinas sociales de los que no cuidan las zonas ya limpias.
“Por otra parte, el ciento por ciento de los operarios tiene la preparación requerida para enfrentar la tarea, así que la población no debe dudar de las competencias profesionales de ellos y mucho menos utilizar ese argumento para evadir la inspección en los hogares”, sostiene la doctora Pérez.
A pesar de la indudable perseverancia de las entidades involucradas en el enfrentamiento al Aedes aegypti, todavía quedan flancos descuidados en la ofensiva. Tal es el caso de los salideros que humedecen el paisaje citadino y la desinformación que Trabajadores constató en algunos segmentos poblacionales.
Según los vecinos del reparto La Rosita, compuesto por un número considerable de viviendas y ubicado en la zona industrial por la carretera de Zaza del Medio, hace meses que no reciben la visita de los operarios y desde que habitan el lugar la fosa está abierta completamente expidiendo fetidez, lo cual además contribuye al mantenimiento del enjambre de mosquitos que “reside” en el lugar como un inquilino más.
Si bien los distintos organismos unen fuerzas con el Ministerio de Salud Pública para dar la batalla contra el Aedes, la población necesita interiorizar que su apoyo completa la tríada perfecta para eliminarlo radicalmente; no se trata de responsabilidades exclusivas o separadas, sino de un frente conjunto, que de no lograrse, pudiera provocar consecuencias nefastas.
Es cierto que la poblacion y los propios vecinos juegan un papel fundamental en la prevencion del mosquito, pero ademas de la indisciplina social que se habla, es importante que algunos organismos como Acueducto y Comunales respondan a reiteradas solicitudes de la poblacion sobre salideros de agua y basureros que llevan tiempo sin resolver.