Nadie duda, seguramente, que las variaciones introducidas por Orlando Samuels en la formación titular resultaron claves para la victoria sabatina ante Rusia por 25-23, 20-25, 25-20 y 25-22. Los pases de Leandro Macías y los ataques de Abraham Alfonso fueron determinantes para el ansiado primer éxito en la XXIV Liga Mundial.
Sin embargo, evitemos el reduccionismo de atribuir la fortuna solo a esos cambios, pues el pleito también nos regaló gratas actuaciones de Yordan Bisset, Rolando Cepeda, Isbel Mesa, David Fiel y Keibel Gutiérrez. La selección funcionó como una maquinaria por primera vez en las últimas semanas, única fórmula para batir a Rusia con todo y alinear con sus segundas figuras.
¿Qué ocasionó la metamorfosis del plantel? ¿Arte de magia? ¿Guapería? ¿Buena suerte? Nada de eso, la respuesta es totalmente científica y vuelvo a las palabras de Samuels hace poco más de una semana, tras el fiasco en Alemania: “Si hubiésemos tenido 10 partidos de preparación estaríamos jugando mejor”.
Si sacamos una “cuenta de bodega” notaremos que la presentación del sábado último fue la oncena de Cuba en la presente temporada, sumando los tres choques de confrontación frente a Argentina y los ocho del calendario liguero. Además han transcurrido casi cinco semanas en que nuestros jugadores se han mantenido unidos día y noche en condiciones ideales para entrenarse, estudiar a los rivales y descansar.
La moraleja del asunto viene a ser elemental: no se puede reinar al más alto nivel si además de perder figuras año tras año, el elenco disponible pasa casi nueve meses sin celebrar siquiera un partido internacional, y enclaustrado en una Escuela Nacional que no posee las condiciones materiales y tecnológicas indispensables.
Morenas acaban cuartas en Ekaterimburgo
La selección femenina cubana concluyó cuarta en la Copa Boris Yeltsin disputada en la urbe rusa de Ekaterimburgo. Cedieron en el duelo por el bronce ante República Dominicana con tanteadores de 16-25, 27-25, 22-25 y 22-25. Las anfitrionas se llevaron el título con triunfo final sobre Italia por 22-25, 25-23, 25-14 y 25-18.
Acerca del autor
Licenciado en Periodismo de la Universidad de La Habana (UH). Especialista en los deportes de boxeo, voleibol, lucha, pesas y otros. Cubrió los XV Juegos Panamericanos de Río-2007, los XXX Juegos Olímpicos de Londres 2012, la final de la Liga Mundial de Voleibol 2011 y otros eventos internacionales celebrados en Cuba. Profesor de Teoría en la Comunicación de la UH y la Universidad Agraria de La Habana. Imparte cursos de esta y otras materias en diversas instituciones del país como el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Ha obtenido premios y menciones en el Concurso Nacional de Periodismo Deportivo José González Barros.
Esos son errores típicos de dirección en Cuba. Una vez al mando la gente no cede su sillón para nadie, y no se esfuerza por lograr mejorías en su propio trabajo.
Después se leen las noticias como si fueran una copia de otras de años atrás: «Llegamos con muy poco tiempo para adaptarnos al cambio de horario», «este es un equipo nuevo porque muchos pidieron la baja» y «no tuvimos suficientes partidos de preparación ante equipos de nivel».
¿Hasta cuándo se van a cometer los mismos errores y seguir justificando todo con falta de recursos?
Yo diría que no es la falta de recursos no es tan grave como el despilfarro y si llegan con poca antelación a un torneo, pues las posibilidades de ganar son mínimas con el consiguiente gasto para garantizar la participación pero sin recaudar lo suficiente, por quedar rezagados.
Después si los atletas piden la baja, lo consideran un agravio personal, cuando en realidad el atleta como una persona normal y corriente solo trata de arreglarse su vida.
Ahora dice Orlando Samuels que hace falta rescatar a jugadores perdidos, pero ¿la dirección ha sido correcta al tratar esos asuntos, su comportamiento fue leal, para esperar que un atleta al que han puesto tanta piedra en el camino como se ha podido, un atleta casi maldito tenga ganas de regresar?
Solo hace falta ver el caso Robles y lo que hizo Juantorena. La IAAF no vino a preguntarle nada, sino que él voluntariamente les informó de la situación de Robles. ¿Hablar de ética pero comportarse como un chivato, eso es ético? El único delito cometido por Robles fue darle las espaldas al «Rey Juantorena». Parece ser que a su majestad no se le puede ofender así sin ser castigado.
Pienso que esconderse detrás de leyes y párrafos eso lo puede hacer cualquiera, reconocer errores y hacerlo públicamente, eso no creo que lo pueda hacer un tecnócrata cubano. En realidad son los rompesillas de oficina quienes le hacen daño al deporte cubano y no los atletas.
Como Yarisley Silva ahora es famosa, sí puede hablar de esas cosas, de como les cancelan viajes y los desmotivan etc. eso es un ejemplo vivo de la situación real del deporte cubano.
Del caso Ortega, solo conocemos la versión oficial, y como todos sabemos, nadie cuenta la verdad absoluta. Quizás Ortega se haya sentido mal, ya que además de atleta es una persona de carne y hueso.
Si de manera injustificada no participa en una reunión atlética, se requiere un análisis profundo, para buscar las causas. Los deportistas no son militares que pueden pagar con la vida por negarse a cumplir una orden, y la sanción debe estar acorde con los hechos.
La interrogante es, ¿pierde o gana Cuba si Ortega no participa en el Mundial? Inmponerle una amonestación o hasta una multa me parecería una medida más constructiva y menos dañina para Cuba.
Tienen que cambiar no solo los nombres de las personas, sino las reglas y la manera de resolver los problemas actuales.