La programación de verano en los círculos sociales obreros (CSO) dio inicio oficialmente el sábado último por las instalaciones del Marcelo Salado —industrias— y Félix Elmusa —de la aviación civil, transporte y comunicaciones— en el primero de estos con notoria participación de la población residente en comunidades cercanas.
Con la modestia que exigen los tiempos actuales, pero con variedad en el servicio y muy amplia oferta gastronómica, trabajadores del grupo empresarial de la Industria Ligera, de Herramix y otras unidades del sector de industrias, conformaron un programa inaugural que hace prever el buen desarrollo del período veraniego en el acogedor centro enclavado en Jaimanitas.
Daimaris Muñoz, presidenta de la comisión organizadora del Sindicato de Industrias en La Habana, informó que el Marcelo —como ya es tradicional— brindará servicio además a trabajadores industriales de las provincias de Artemisa y Mayabeque. “Según tenemos planificado, las invitaciones llegarán a todas las secciones sindicales varias veces en la etapa, lo que permitirá que cada semana —y con derecho a todos los servicios— unos 800 trabajadores puedan acceder a este CSO, sumados a los que disfrutarán del José Luis Tasende. Prevemos además la asistencia a las noches de cabaret en ambas instalaciones”, dijo.
En tal sentido los directivos del Marcelo insistieron en la planificada organización para la etapa, y destacaron la disponibilidad en tiempo y cuantía del financiamiento para insumos y actividades previstas. Niegan a Trabajadores entrada al CSO Félix Elmusa Tras estimulante estancia en el Marcelo, nos encaminamos al Félix Elmusa, donde —lamentablemente— ojerizas e incomprensiones de la dirección del circulo impidieron a los reporteros de Trabajadores recorrer las diversas áreas del lugar en día tan importante como el de la apertura oficial del verano.
Aunque explicamos nuestro propósito y necesidad de informar, la respuesta del director del círculo no dejó lugar a dudas: “para acceder tienen que tramitar el permiso con el presidente de la aviación civil”. ¡Increíble mensaje! Ante el disgusto por la “obligada retirada”, solo la felicidad de cientos de rostros —trabajadores de la aviación civil, el transporte y las comunicaciones y sus familiares en la playa— pudo alegrar la curiosidad periodística. Lástima que a Heriberto, nuestro fotógrafo, también le estuviera prohibido accionar su obturador en esa área.