Una lectora escribe algo molesta porque piensa que somos muy parciales. “Destruyeron a la telenovela cubana, pero se hacen los de la vista gorda con la telenovela brasileña. ¿Por qué no le dedican también un comentario? ¿Les parece que esa telenovela sea educativa? Pienso que la televisión debería transmitir telenovelas con más valores”.
Primero aclaremos algo: no hemos “destruido” ninguna telenovela cubana. Sencillamente publicamos nuestra opinión. La prensa no está para destruir ningún producto cultural (ni siquiera podría hacerlo, aunque se lo propusiera). Está, en todo caso, para aportar criterios, nuevos puntos de vista. Y ya que la señora nos conmina a escribir sobre Insensato corazón, adelantaremos el comentario que preparábamos para más adelante. Respondiendo a su pregunta: no nos parece particularmente educativa esta telenovela.
Preguntamos a nuestra vez: ¿tendría que serlo necesariamente? Insensato corazón, como tantas otras telenovelas brasileñas, es un producto concebido para entretener. Y de que entretiene, entretiene. Los escritores se las arreglan para mantener la tensión todo el tiempo. El ritmo de las peripecias es trepidante. Los personajes (estereotipados, de acuerdo) resultan atractivos. Los actores en sentido general están a la altura del espectáculo. La puesta en pantalla es lujosa. La dirección de arte es más que correcta, independientemente de que parezca “hecha en serie”. Todo es bonito, colorido, como una postal turística.
Señores y señoras, obviamente, ese no es todo Brasil. Esa no es, por supuesto, la vida. Es un folletín, una “trampa deliciosa”, una invitación a “desconectar”. Y como telenovela, francamente, a este cronista le parece bastante bien lograda. Otro debate sería si le exigimos a las telenovelas cumplir con todas las expectativas de todos los públicos. Habrá gente a la que le parecerá superficial (y en efecto, superficial es); habrá gente a la que le resultará reaccionaria (y algo reaccionaria —tolerablemente reaccionaria— también parece); habrá gente que creerá que es una absoluta pérdida de tiempo…
Supongo que a esa hora esas personas hagan algo más provechoso: leerse un buen libro, por ejemplo. Cambiar el canal por lo menos. Una telenovela puede ser educativa, cultural y todo lo que quiera… el género tiene potencial para eso y mucho más. Pero antes que todo, tiene que ser entretenida. Si es todo eso, pero resulta aburrida, es una mala telenovela. Así de simple. Insensato corazón tendrá muchos defectos. Pero también la principal virtud.
Jejejejeje… el comentario que estuvo bueno fue el de la novela cubana anterior, Santa María del Provenir, con esa acabó, con razón se queja la lectora, jejejeje… pero yo estuve de acuerdo, fue un comentario muy bueno, muy directo y descarnado y la telenovela era muy mala…
Tampoco veo motivos para espantarse y aplaudo la crítica (incluso descarnada, tan escasa en nuestros medios). Quizás la ‘defensa’ de IC debería venir no por su lado ‘folletín’, sino por el toque social que sin dudas tiene (aunque nos suenen distantes las denuncias e implicaciones). Entretenimiento sí. ¿Vano? No tanto. Su autor Gilberto Braga es casi un ‘fiscal televisivo’ y generalmente pone el dedo en la llaga, aunque aquí lo haya diluido con bastante color de rosa. No me gusta la producción de esta, pero sin duda alguna las novelas brasileñas son las mejores del mundo.
Por Dios, ¡cuánta sensibilidad! ¿De verdad les parece cruel la manera en que Yuris Nórido responde a la lectora? Pero si no la ha ofendido, ni siquiera la ha cuestionado… Yuris Nórido es un crítico muy cuidadoso. Nunca he leído una ofensa que él haya escrito, siempre argumenta y es muy medido. Ahora, es cierto que es directo y dice lo que tiene que decir… Eso me parece bien, ojalá que lo hicieran otros… Hay que acostumbrarse a la crítica… Por cierto, no estoy de acuerdo con lo que dice de la telenovela brasileña, a mí me parece muy mala…
Coincido con la apreciación de Diana la pluma de Yuris Nórido ya no es crítica sino que se torna cruel y eso es peligroso. La crítica justa y respetuosa vale pero no
perdamos la ternura.
Yuri comparto con usted su criterio sobre la novela brasileña , la cual es una invitación a desconectar muy bien lograda , lo que no comparto es su manera de responder a la lectora, usted es un profesional de la prensa plana y como tal debe comportarse sobre todo cuidar de la ética, no es necesario ponerse la chancleta cuando no compartimos un criterio u opinión, realmente esta actitud deja mucho que desear