En medio de esta era digital donde lo mismo puedes verte hablando perfecto francés en un video –aunque nada conozcas de ese idioma-, que construirte fotografías compartiendo animadamente con Picasso o incluso contar con un libro de tu autoría sin haber tecleado una sola letra, podría resultar muy extraño una convocatoria a volver a escribir a mano y a leer libros de papel Continuar leyendo