Pudiera parecer que la majestuosidad y, a la vez, la intimidad que trascienden del lugar son suficientes motivos para admirarlo, para querer visitarlo, para volver allí una y otra vez y reencontrarnos con el Maestro de todos, con el Martí de siempre, el de cada uno de los cubanos, el de millones en el mundo. Pero el Memorial José Martí es todo eso y más, es sin lugar a dudas un sitio cargado de emociones Continuar leyendo