Lo angelical y lo diabólico se han paseado de la mano en la literatura hispanoamericana de las últimas décadas. No estoy pensando solo en la novela del Gabo dada a la luz en 1994. Otros textos menos conocidos como De ángeles y demonios, de Yazmina Calcines (Editora Abril, 1992) han dado fe de ese maridaje, entonces —y todavía— considerado herético por demasiada gente. Continuar leyendo