Todavía recuerdo sus ojos cuando pregunté en el aula mientras impartía un círculo de interés sobre periodismo. ¿Qué les gustaría estudiar? Él miraba a sus compañeros desde su pupitre pegado a la pared. Médico, periodista, ingeniero, eran las profesiones más repetidas. Pero los ojos de aquel niño eran desafiantes, pícaros, arriesgados. Y no titubeó al responder: “Yo quiero ser bombero. Me gusta la candela y el peligro”. Continuar leyendo