El 12 de enero del 2017 Cuba y Estados Unidos suscribieron una Declaración Conjunta, mediante la cual se anunció, como idea central, el cese de la política de “pies secos-pies mojados” y el “programa parole”, diseñado para promover la deserción de los profesionales de la salud cubanos en terceros países. Esos instrumentos, a lo largo de las dos últimas décadas en el primer caso, y desde la administración de George W. Bush, en el segundo, fueron aplicados por el gobierno estadounidense con el objetivo de ofrecer un trato selectivo y politizado a los inmigrantes cubanos, a contrapelo de la posición que asumen con el resto del mundo. Continuar leyendo