Otra vez despierto preocupado. Ayer fue un día duro. Me lo dicen mis artríticas manos. Mi espíritu lacerado, ¡cuándo no! Vivo en el quinto piso de un edificio azotado por el tiempo. Qué casualidad, casi como yo. ¿Quién nos “reparará”? ¿Lo harán? Continuar leyendo