¿Comer vegetales todos los días?

¿Comer vegetales todos los días?

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Por primera vez hay un programa inversionista para aumentar la producción de vegetales, afirmó Adolfo Rodríguez Nodals. Foto: Gilberto Rabassa
Por primera vez hay un programa inversionista para aumentar la producción de vegetales, afirmó Adolfo Rodríguez Nodals. Foto: Gilberto Rabassa

 

Una de las buenas noticias que transmite el doctor Adolfo Rodríguez Nodal, director del Programa Nacional de Agricultura Urbana y Suburbana, del Ministerio de la Agricultura, en esta entrevista, es que el consumo de vegetales ha crecido, esencialmente entre los jóvenes, a partir de que se gestara el movimiento de la agricultura urbana en 1997.

“Es interesante saber por una encuesta aplicada en todo el país, que el 30 % de las personas de la tercera edad consume vegetales; esa cifra asciende al 50 % en el grupo de la mediana edad y llega al 70 % entre los jóvenes. Esto es un logro incluso por lo que representa para el bienestar este componente saludable en la dieta”, afirmó.

“Aunque no se han realizado estudios específicos sobre la oferta y la demanda, sabemos que las necesidades son superiores a lo que se produce, sobre todo por la cultura de consumo que este propio movimiento ha ayudado a crear en los últimos 18 años, incluso en las generaciones nuevas que pasaron por círculos infantiles y escuelas donde se les aseguró y se les aseguran vegetales en sus dietas. La realidad es que hoy día se vende todo lo que se cosecha, incluyendo cultivos que antes casi ni se veían como zanahoria, remolacha, espinaca, berenjena, entre otros”, enfatizó.

¿Por qué aumentaron los precios en los puntos de venta de sus unidades productoras si en ellas no hay intermediarios?

Tradicionalmente los puntos de venta de organopónicos, huertos intensivos y semiprotegidos han vendido sobre la base de la oferta y la demanda. A medida que los precios fueron subiendo y la vida se hizo más cara, aquí también subieron con una característica: son distintos según las provincias y poblados, y siempre más caros en La Habana.

Por lo general estas unidades venden por debajo de los precios del mercado agropecuario o puntos de venta situados en unidades productivas, eso es lo que está indicado, aunque ciertamente se han dado algunas violaciones en una minoría de ellas.

¿En qué lugar de Cuba se compra más barato?

En los municipios menos desarrollados, y ese es uno de los motivos por los cuales estas unidades no pueden tener un precio centralizado para todo el país, ya que el poder adquisitivo de la población varía de un territorio a otro, no es el mismo en La Habana, que en Imías o en Mantua, y en algunos resulta imposible vender un mazo de cualquier producto a más de dos pesos; lo que tenemos que exigir es que los manojos se correspondan con el peso que debe tener.

¿En qué municipios es realmente este tipo de agricultura un sostén para la alimentación del pueblo?

En ninguno de los 168 que existen garantiza la sostenibilidad alimentaria por sí sola. El concepto es otro: que de conjunto con la agricultura de gran escala contribuya a ese fin. Hoy día las zonas más destacadas, incluyendo la agricultura suburbana son: Cumanayagua, Abreus, Los Palacios, Tercer Frente, La Habana del Este, Fomento, Isla de la Juventud, Boyeros, Camagüey y San Cristóbal.

En los 156 municipios que cuentan con los dos tipos de agricultura de pequeña escala, el programa ayuda al autoabastecimiento alimentario; pero en el caso de los 12 que no tienen producciones en la suburbana, la urbana es la única vía de producción de alimentos y hay que hacerles llegar la casi totalidad de las provisiones a partir de la convencional. Los de mayores deficiencias son Holguín, Santiago de Cuba, Cienfuegos y Florida.

Por lo general y en todas las épocas hay escasez de vegetales, ¿qué hacer para que los organopónicos y huertos puedan intensificar las producciones? ¿Cómo lograrlo, se precisan inversiones o es cuestión de productividad?

Para incrementar las cosechas es preciso crecer en la agricultura de pequeña escala, tanto vertical como horizontalmente, es decir, elevar los rendimientos expresados en kilogramos por metro cuadrado y fomentar nuevas unidades.

En los últimos cinco años se han creado muy pocas, pero entre ellas tienen un papel relevante los antiguos grandes hidropónicos y zeopónicos que se han reconvertido en organopónicos, ya que por la otra vía no eran sostenibles. De los 35 que existen en el país solo restan por recuperar los de Moa y Holguín, en la provincia homóloga; Tumbalabana, en Guantánamo, y el de Cárdenas, que resulta estratégico por su proximidad al polo turístico de Varadero.

Aunque es beneficiosa la diversificación y el rescate de especias carentes u olvidadas, ¿no valdría la pena incrementar la producción de algunas imprescindibles en la cocina, que pudieran cosecharse la mayor parte del año?

El intercalamiento de cultivos posibilita mejor aprovechamiento del suelo. Foto: Eddy Martin
El intercalamiento de cultivos posibilita mejor aprovechamiento del suelo. Foto: Eddy Martin

 

Vale la pena intensificar la producción de condimentos frescos; ahora los estamos propagando en las asociaciones o intercalamientos de cultivos; hemos indicado que entre las plantas repelentes que se siembren en el principio y los terminales de los canteros se prioricen especias como el orégano francés, las mentas, las albahacas y otras que tendrían entonces doble uso, puesto que también son sazonadores.

¿Cómo alcanzar la estabilidad de productos en estas unidades?

Para lograrlo resulta clave la estrategia de cero canteros vacíos y no demorar más de 24 a 48 horas entre la cosecha de un cantero y la próxima siembra; si hubiese que añadir materia orgánica o volver a preparar el sustrato, no demorar entonces más de tres a cuatro días.

A finales de año hubo una crisis con la lechuga, ¿qué sucedió?

Tuvimos un sabor amargo en varias provincias y municipios cuando por primera vez en 18 años hubo escasez de lechuga del 24 al 31 de diciembre. Ocurrió por varias razones: en algunas grandes ciudades, por ejemplo en La Habana, dependemos de semillas importadas y las primeras que se distribuyeron no germinaron, por lo que se perdió tiempo.

Y aunque a nivel del país crecimos en más de 400 kilogramos de semillas de lechuga respecto al 2014, determinados territorios decrecieron en esta producción. Las lluvias inesperadas de noviembre y diciembre también afectaron.

En la actualidad estamos priorizando esta hortaliza: los 156 municipios que practican la agricultura suburbana tienen que sembrar lechuga para semilla y prever plantaciones tempranas de septiembre a noviembre; no confiarse en las simientes del exterior; si llegan serán bienvenidas.

Un trabajo intensivo se hace con la lechuga para evitar baches en su producción como el ocurrido a finales de diciembre del 2015. Foto: Joaquín Hernández Mena
Un trabajo intensivo se hace con la lechuga para evitar baches en su producción como el ocurrido a finales de diciembre del 2015. Foto: Joaquín Hernández Mena

 

En este proceso de reordenamiento que vive la agricultura, ¿cuál será la concepción del movimiento que se aplicará?

Nuestro movimiento tendrá pocas transformaciones, más bien se adecuará a los cambios del modelo económico. Estamos defendiendo la permanencia de las unidades empresariales de base (UEB) y granjas urbanas, independientemente de que quede o no una empresa agropecuaria en el municipio, así como con los representantes en los consejos populares, porque ambas estructuras son clave para estas producciones.

¿Hay algún proceso inversionista que lo respalde?

Por primera vez existe un programa que respalda inversiones a partir de un estudio de factibilidad aprobado por el Ministerio de Economía y Planificación, que entre otras cosas permitirá pasar de unas 8 mil 200 hectáreas que hay a 10 mil en el 2019, entre organopónicos, huertos intensivos y semiprotegidos. Igualmente, comienzan a llegar algunos tractores y equipamiento para los centros de abonos orgánicos de los territorios que cuentan con agricultura suburbana priorizando, en una primera etapa, a los 18 municipios pilotos.

En el año 2015, la agricultura de pequeña escala produjo un millón 257 mil 500 toneladas métricas de alimentos, lo que significó el 104 % de lo planificado, aunque se decreció en 2 mil 500 toneladas respecto al año anterior. La provincia de Holguín incumplió el plan en los organopónicos.

Durante el recorrido 72, que el Grupo Nacional de Agricultura Urbana y Suburbana realiza por el país, se chequean los precios de los productos: si venden por debajo de los demás mercados, así como la existencia de puntos de compra o acopios situados a no más de cuatro o seis kilómetros de las fincas; con ello pretenden que cada día los vegetales sean más asequibles a la población.

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