Cuarenta y cinco años han pasado desde que se declaró el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, cada cita nos invita a reflexionar sobre la dirección que debemos tomar para que el planeta avance. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declara este día como el promotor de una visión del planeta como entidad que sustenta a todos los seres vivos de la naturaleza y rinde homenaje específicamente a la Tierra en su conjunto y al lugar que ocupamos en ella.
La jornada de este 2015 es posible que sea la más relevante en los últimos tiempos: se ha cumplido el X aniversario de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto y en diciembre se celebrará en París una cumbre que debe servir para alcanzar un acuerdo internacional que frene el cambio climático.
El consenso para llegar a que se establezcan las bases para un crecimiento económico responsable y un desarrollo sostenible no puede esperar ni un segundo más; y es por eso que el lema de este 2015 es «Llegó el momento de asumir el liderazgo«. La responsabilidad no corresponde únicamente a los líderes mundiales; hay acciones al alcance de las manos de todos los interesados en preservar el planeta, que también propician un cambio.
Según el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en su mensaje especial sobre el Día Internacional de la Madre Tierra: “No todos tenemos a nuestro alcance obrar de manera sostenible, pero quienes tenemos esa posibilidad podemos transformar el mundo, entre los miles de millones de personas que somos; con simples decisiones como optar por bombillas de bajo consumo o comprar solo lo que vayamos a consumir”.
Y como en gesto de enseñanza de lo que nos puede brindar la Pachamama, en la noche de hoy nos regalará una de las más espectaculares lluvias de estrellas: las Líridas. El sitio digital de Rusia Today informa que el número máximo esperado de meteoritos es de entre 10 y 20 por hora. Sin embargo, esta lluvia se caracteriza por su imprevisibilidad, con lo cual, el evento astronómico puede ser todo un espectáculo: meteoritos polvorientos con colas brillantes que parecerán estar suspendidas en el aire.
El mejor lugar para observar las Líridas estará ubicado en el hemisferio norte, aunque el evento será visible desde cualquier lugar del mundo. El horario más adecuado para no perderlas de vista será después de las 12 de la noche y hasta el amanecer. Este año ofrece buenas condiciones para apreciar el evento, incluso la Luna no lo podrá impedir, pues se encuentra en la fase creciente. La lluvia de estrellas se podrá evidenciar a simple vista, sin la necesidad de usar gafas especiales ni telescopios.
El nombre de las Líridas se debe a la constelación de Lyra, de donde parecen nacer las estrellas fugaces. En realidad, el fenómeno se debe a los residuos del cometa Thatcher (C/1861 G1), que se queman en la atmósfera terrestre, produciendo los «fuegos artificiales».
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