Pedro Méndez se escribe con H

Pedro Méndez se escribe con H

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Foto: Cortesía de Melaíto
Foto: Cortesía de Melaíto

 

¿Una guerra a favor de la ecología? ¿Cómo es posible, si los conflictos armados provocan un efecto devastador en el medio ambiente? Pues sí, en esta los artilleros de las “cuatro bocas”, en lugar de proyectiles emplean posturas de árboles, mientras que a lo lejos, confiados en su puntería, los agricultores aguardan junto a los agujeros que han abierto en la tierra para recibir las plantas. Es el resultado de la mirada de un artista, capaz de transformar el lado oscuro de la realidad en imágenes constructivas, como la metamorfosis de un tanque de guerra en una fábrica.

Podríamos afirmar que el nombre de este creador se escribe con H de humor, aunque sus padres lo bautizaron como Pedro Méndez, y desde hace 46 años su vida ha estado ligada a dos grandes amores: su esposa Lupe, que le dio dos hijos, y el jocoso suplemento del periódico villaclareño Vanguardia, que ostenta el dulce nombre de Melaíto, del que fue fundador, director y donde ha desplegado su talento de caricaturista. Su creatividad ha encontrado espacio además en otras publicaciones nacionales y en medios extranjeros, libros personales y en animaciones del Icaic. Por su obra ha merecido más de una treintena de premios nacionales e internacionales.

Durante años lo he visto como centro de muchas tertulias artísticas, no solo por su condición de presidente de la Uneac de la provincia durante casi dos décadas e impulsor indiscutible de la risa en el territorio, sino por sus simpáticas ocurrencias y sus ingeniosas bromas, impredecibles para quien no conozca al jaranero empedernido que se esconde tras su semblante adusto.

Nuestro último encuentro ocurrió en el ambiente de cumpleaños que en cada diciembre se sumerge Melaíto, casi una convención del humor, por la participación de caricaturistas de todo el país. Nos satisfizo ver a Pedro muy recuperado tras sufrir un infarto cerebral que amenazó con apagarlo. Afortunadamente, su presencia sigue siendo el punto focal de cada una de estas celebraciones.

El colectivo de Melaíto: de derecha a izquierda Martirena, Celia, Pedro, Linares, Javier, un activo colaborador, y Roland. Foto: Cortesía de Melaíto
El colectivo de Melaíto: de derecha a izquierda Martirena, Celia, Pedro, Linares, Javier, un activo colaborador, y Roland. Foto: Cortesía de Melaíto

 

¿Cuáles fueron sus motivaciones para dedicarse al humorismo?

Dibujé desde niño, luego me vinculé al humorismo por situaciones específicas, relacionadas con la zafra de los Diez Millones. Surgió entonces la idea de hacer un suplemento para alegrar a los macheteros y así nació en 1968 Melaíto, al que me incorporé desde su nacimiento. Estudié en la Escuela Provincial de Artes Plásticas Leopoldo Romañach, cuando esta publicación ya contaba con varios años de vida. Mi primera caricatura salió en sus páginas, y el tema fue la zafra azucarera.

¿Qué ha significado para usted Melaíto?

Una publicación criolla, genuina del quehacer del cubano de a pie, que lo mismo filosofa de las cosas más comunes y cercanas que de los acontecimientos más universales.

¿Los momentos más difíciles y los más gratos como director?

El más difícil cuando me dijeron en el año 1990, en pleno período especial, que no saldría más por falta de papel, y los más gratos, todo el trabajo realizado durante estos 46 años, para que el pueblo a través del semanario se sienta representado y se ría hasta de sus propios problemas.

Guerra ecológica.
Guerra ecológica.

 

¿Cómo calificaría a su equipo de trabajo? ¿Podría hacer una breve caracterización de cada uno de sus miembros?

¡Más que un equipo, es una familia! Calificaría a Roland como el irreverente; a Linares, de talentoso; a Celia, nuestra diseñadora, la sonrisa femenina, y a Martirena, de incondicional.

¿Qué ha logrado Melaíto en estos 46 años y qué le falta por alcanzar?

Ha logrado hacer reír y reflexionar a varias generaciones, y lo que nos falta por alcanzar es que permanezca por muchos, muchos, muuuuuchos años más.

¿De qué manera ha sido posible mantener con creciente calidad en la provincia el Salón internacional de Humor General y Erótico, con un país invitado en las últimas convocatorias y que arribó el pasado diciembre a su edición 14?

Con el trabajo esforzado del equipo unido de Melaíto y el apoyo incondicional de la Uneac de Villa Clara y el Partido provincial, fundamentalmente.

Puntualidad.
Puntualidad.

 

Su familia es muy unida. Ante su problema de salud, ¿se ha sentido apoyado y alentado por ella para retomar su obra y su vida habitual?

Por todo el familión, incluyendo mi colectivo de trabajo que también, como dije antes, lo considero como tal; por mi esposa Lupe, quien me ha sabido entender, nos hemos respetado siempre y ha estado desde el 12 de octubre del año 1968 a mi lado en las buenas y en las malas, por mi hija Yanet, que es psicóloga, quien además de alentarme con su cariño ha sido celosa con el cumplimiento de las indicaciones recibidas de los facultativos de la provincia y del Ciren; por mi nieta Ariadna, que me ayudó mucho con los ejercicios para recuperar el habla y el movimiento de la mano; por mi hijo Janler… con ellos adquirí la disciplina de despertarme todos los días a dibujar, primero como terapia, ahora para seguir colaborando con Melaíto… con la mano izquierda; ellos me han ayudado a mantenerme vivo y muy contento.

¿Cómo valora el hecho de que su hijo Janler haya seguido sus pasos en el humorismo gráfico?

Hábleme de la relación profesional entre ustedes. En lo personal somos buenos amigos, y se nos ha dado la posibilidad de trabajar juntos en muchos proyectos, siempre a partir de coincidencias formales, diferencias de criterios y mucho debate; hemos dignificado el humor como un medio inteligente de comunicación con el prójimo y entre nosotros mismos. ¿Se puede pedir más?

Aduana.
Aduana.
Maniobra.
Maniobra.

Acerca del autor

Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …

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