Elucubraciones con el corazón

Caminaba hacia el periódico esa mañana del infarto. Le faltaban solo dos cuadras para llegar cuando empezó a sentir los brazos pesados, sudoraciones muy fuertes y un dolor entre el pecho y la espalda, hacia el lado del corazón, que iba en aumento.

Acostumbrado a leer sobre temas de salud, Manuel Fernández Malagón pudo percatarse de que algo andaba mal en su corazón. Halló un teléfono y pidió ayuda; inmediatamente lo trasladaron al Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Transcurrieron unos 20 minutos desde el primer síntoma hasta que recibió atención médica especializada.

Esas fueron las señales del infarto, pero desde hacía un tiempo, Malagón se sentía cansado y con falta de aire o claustrofobia por las noches. Lo atribuía a los problemas de la columna vertebral o la tensión del trabajo, mas su vida sedentaria y el hábito de fumador empedernido durante más de 50 años (lo hacía desde los 13) le jugó una mala pasada: una de las venas de su corazón estaba obstruida y el 70 % de otra también. Había dejado el cigarro apenas dos meses antes.

Después del infarto comenzaron las elucubraciones: ya no haría más planes, estaba acabado; sin embargo, con la rehabilitación y el contacto con otros pacientes aprendió a vivir de otra manera, organizó sus actividades, lleva una dieta acorde con su padecimiento, hace ejercicios físicos, se reintegró a la vida laboral y sueña con ser socialmente útil durante muchos años más.

El día del corazón

Ante el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles, que incluye a las cardiovasculares, la Federación Mundial del Corazón, con el apoyo de la OMS y la Unesco, designó el 29 de septiembre de cada año como el día para dar a conocer estas dolencias, su prevención, control y tratamiento.

La primera celebración a nivel planetario fue en el año 2000, y ya más de 200 países realizan actividades relacionadas con el Día del corazón. Urge hacer conciencia sobre los problemas cardiovasculares, que son la primera causa de muerte en el mundo. Las más mortíferas son el infarto de miocardio y los accidentes cerebrovasculares; todas juntas causan más de 17,3 millones de muertes anualmente.

Afectan tanto a niños como adultos, a hombres como a mujeres, y los pronósticos no son halagüeños si tomamos en cuenta que para el 2030 se espera que esa cifra se eleve a 25 millones si no se establecen medidas globales que tiendan a disminuirlas.

La buena noticia es que estas enfermedades pueden prevenirse; por ello, este año las organizaciones involucradas decidieron poner énfasis en Emprender el camino hacia un corazón sano, haciendo un llamado especial a crear espacios saludables en los centros de trabajo y en las comunidades.

El denominado Plan 25 X 25, de la Organización de Naciones Unidas, se propone desarrollar campañas de prevención de las enfermedades no transmisibles para intentar disminuirlas en un 25 % en el 2025, sobre todo la mortalidad temprana, o sea, de individuos que están en edad activa y productiva.

Un programa de prevención

El Doctor en Ciencias Eduardo Rivas Estany, presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología, comentó que desde hace más de 20 años Cuba cuenta con un programa de prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades cardiovasculares, principalmente la cardiopatía isquémica, auspiciado por el Ministerio de Salud Pública.

El Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular es el centro de referencia y hay programas en todas las provincias para detectarlas y tratar a las personas enfermas o en riesgo. “Tenemos muy generalizado el concepto de la determinación de riesgos en la detección precoz de cada dolencia.

“Las enfermedades del corazón y las cerebrovasculares se atienden con una estrategia porque obedecen a la misma causa y factores de riesgo. Tienen igual etiología y formas de enfrentarlas desde el punto de vista médico y de las medidas higiénicoepidemiológicas.

“Estas manifestaciones clínicas se relacionan con sistemas de vida perjudiciales: el mal hábito de comer, de fumar, la tendencia a la obesidad, la falta de ejercicio físico sistemático, el no control de la diabetes mellitus y la hipertensión. Los daños en el aparato cardiovascular, con el desarrollo de placas de ateroma, provocan la angina, el infarto y la muerte súbita. Si se producen en los vasos del cerebro ocasionan accidentes cerebrovasculares: trombosis, isquemia, infarto cerebral.

“Es muy importante educar a la población para que adquiera hábitos de vida saludables: alimentación sana, cuidado del peso corporal y práctica sistemática de ejercicios físicos. Es imprescindible reducir el tabaquismo y el alcoholismo porque, aunque la genética es un factor que influye, estas prácticas los aceleran.

“La primera causa de incapacidad prematura de la fuerza laboral es la cardiopatía isquémica. Muchos pacientes no retornan al trabajo o tienen ausencias muy seguidas por consultas médicas, por eso las estrategias de la rehabilitación cardíaca disminuyen o minimizan este impacto.

“En Cuba se aplican medidas farmacológicas, de revascularización —por métodos intervencionistas: cateterismo, angioplastia, con colocación de estent para evitar que las arterias se vuelvan a obstruir—, o procedimientos quirúrgicos, con los cuales se evita que el individuo vuelva a infartarse. Todos tratan de evitar la progresión de la enfermedad, prolongar la existencia del paciente con mejor calidad de vida, y propiciar su reincorporación laboral y social”.