Los que gustan del tejido vaquero con apariencia de ropa usada, tal vez no conozcan que esto se logra con el chorro directo de una mezcla de agua y arena a presión, lo cual provoca en quienes maniobran con la técnica, el riesgo de contraer una enfermedad pulmonar llamada silicosis.
Sin embargo, ellos no son los únicos que pudieran padecerla. Los trabajadores de la industria, la minería e incluso los alfareros, en igual medida, también sufrirían esa dolencia.
¿El trabajo perjudica la salud? Bien dice un viejo refrán que el trabajo dignifica, pero si no cumplimos las medidas básicas de protección, los riesgos derivados de cada puesto laboral pueden provocar severos daños a las personas.
Simples acciones aisladas a la hora de utilizar correctamente los medios de protección pueden costar la vida. Cuando los síntomas de una enfermedad pasan a ser un mal irreversible comienzan, entonces, los cuestionamientos de por qué pasa esto.
Una mirada global
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de Salud (OMS) las enfermedades profesionales son las alteraciones de salud nosológicamente bien definidas, que se producen por la acción directa del trabajo en los expuestos a factores etiológicos, de manera constante, y presente en determinadas profesiones u ocupaciones, bajo las circunstancias previstas en las legislaciones respectivas.
Todo cuidado es poco y con el avance tecnológico aún más. El doctor Joaquín García Dihigo, profesor de la Universidad de Matanzas, escribió un libro sobre el tema con el sugerente título Dime dónde trabajas y te diré qué te duele, en el cual plantea que, por ejemplo, la introducción de las tecnologías a la práctica social hace que el hombre tenga que laborar en estas condiciones y, a su vez, sufrir los daños y riesgos que conlleva.
“Lo primero es separar las enfermedades comunes de las profesionales. Las primeras llegan a ser de diversa naturaleza, pero las segundas tienen origen por la labor que se realiza. De ahí que se establezca una relación con que la causa sea de origen laboral y el efecto una patología producida por ella”.
La preservación y seguridad de la salud de los trabajadores es un principio que el Estado cubano defiende. La Ley no. 116 Código de Trabajo así lo demuestra. Al mismo tiempo, la Resolución 283/2014 del Ministerio de Salud Pública (Minsap) consolida el procedimiento de análisis, prevención y control de accidentes laborales y de las enfermedades. En Cuba están legisladas 35 enfermedades profesionales. (Ver Recuadro)
En ocasiones, el desconocimiento puede atentar. Las conductas inconscientes e inadecuadas dentro del trabajo no tienen cabida cuando se pone en juego la salud. Este es uno de los factores, pero no el único. Por momentos, el trabajador no tiene idea de cómo identificarlas al estar en constante exposición a riesgos, presentes, no solo en su centro laboral, sino también en la casa, la calle o en algún que otro trabajo.
¿Cómo lograr prevenirlas?
Identificarlas y diagnosticarlas
En primer lugar, debemos conocer las características de cada puesto de trabajo, porque muchas de las causas de estas enfermedades vienen acompañadas de la manera de hacerlo y bajo qué condiciones.
El profesor García Dihigo revela que existe una relación entre las estructuras somáticas o sensoriales (que pertenecen al sistema osteomioarticular) que el trabajador pone en juego durante la tarea y la patología que va a padecer; es decir, no es algo que ocurre de repente, sino condicionado por la exposición repetida en largos años a ese tipo de riesgo y ahí se puede encontrar la lesión.
¿Cómo detectarlas? El reconocimiento científico y diagnóstico de la dolencia se consolida con la atención temprana. Dicho servicio está a cargo de las consultas de enfermedades profesionales correspondientes. En el municipio realizan un diagnóstico presuntivo; a nivel provincial se le da a conocer el resultado, en tanto, a instancia nacional funcionan en el Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores (Insat) comisiones de peritaje médico laboral.
Están establecidos cinco criterios para el análisis de las enfermedades: el ocupacional, el higiénico epidemiológico, el legal, el clínico y el de laboratorio.
Mantenimiento y protección del centro laboral
La incorrecta manipulación de materiales peligrosos y delicados en los ambientes laborales conduce a la morbilidad y mortalidad de los trabajadores. En este punto, el doctor Reinaldo Ruffín Concepción, especialista en Higiene y Epidemiología, y director general del Insat, precisó que la entidad realiza un control preventivo de las áreas, a partir de los estudios ambientales que ofrece.
“Somos un centro de investigación que contribuye al desarrollo de la promoción, prevención, atención, asistencia y rehabilitación de la salud de los trabajadores, con un enfoque clínico, higiénico, epidemiológico y social”, confirmó.
La tarea no cesa. Mantener un ambiente laboral seguro es la meta y ello lo demuestra el centro, que interacciona con organismos, instituciones y empresas multi e intersectoriales en el ámbito nacional e internacional, para generar el bienestar y confort de la población.
“Realizamos análisis de laboratorio clínico y pruebas diagnósticas de evaluación y control de los riesgos laborales e individuales”, declaró el directivo. Además, ejecutan unos 27 proyectos de investigación actualizados y orientados a la preservación de la salud, la atención primaria y salud ocupacional, factores psicosociales en la relación salud-trabajo, y otros.
El contexto laboral influye en la salud. Mantener un centro de trabajo que cumpla con la temperatura adecuada, la iluminación requerida y un mobiliario favorable protege, la salubridad del colectivo. Y no solo esto, Ruffín precisa que el Insat posee equipos y especialistas preparados que ayudan al tratamiento del estrés y de problemas psicológicos.
Seguridad y salud
Cumplir con los horarios establecidos y el uso adecuado de los equipos de protección garantiza no enfermarnos. Un solo paso en falso puede acarrear severas consecuencias.
“Cuando los individuos que estiban sacos, cargan cubos de cemento en la construcción, u otros materiales pesados en los puertos, se exponen a grandes flexiones de las vértebras de la columna sobre todo lumbar y padecen de afecciones en la región sacrolumbar”, explicó el profesor.
“Aquí es importante tener en cuenta el uso del cinturón de seguridad, que los protege de ese tipo de patologías; lógicamente las administraciones tienen que ser exigentes con el tema y velar para que los trabajadores utilicen esos medios de protección individual y no padezcan de estas enfermedades”, agregó García Dihigo.
Mejor prevenir
Una buena evaluación de los riesgos, la adopción de medidas preventivas en el puesto de trabajo, una formación adecuada y el empleo de los equipos de protección individual, son imprescindibles para prevenir severas consecuencias de estas enfermedades.
Es responsabilidad de las administraciones garantizar los medios de protección, mediante un uso efectivo del presupuesto destinado a ese fin y, junto a ello, exigir su correcta utilización por los empleados, asunto que debe preocupar y ocupar, cada vez más, a la sección sindical.
Queda en la conciencia colectiva analizar si lo que estamos haciendo, y la manera en cómo lo hacemos, resulta lo correcto. No se trata de usar por usar los medios de protección, sino de saber que ellos salvan. Las enfermedades profesionales son evitables. Hagamos de nuestro escenario laboral un lugar seguro para todos.