Díaz-Canel rememoró en la red social X que el líder de la Revolución cubana, Raúl Castro, definió la base como «un puñal clavado en el costado de la patria; puñal que nos sacaremos de forma pacífica, civilizada y haciendo valer los principios del derecho internacional».
El 16 de febrero de 1903 los presidentes de Cuba, Tomás Estrada Palma, y de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, firmaron un acuerdo mediante el cual se cedía la porción de tierra ubicada en la oriental provincia de Guantánamo, “por el tiempo necesario y para los propósitos de estación naval y estación carbonera”.
Ese hecho tuvo como antecedente la Enmienda Platt, impuesta a los cubanos en su primera Constitución republicana durante la ocupación militar norteamericana.
Mediante este documento, Estados Unidos podía establecer estaciones carboneras o navales, la primera de ellas en la bahía de Guantánamo, en el extremo suroriental de la isla, la cual se mantiene en la actualidad en contra de la voluntad del Estado y el pueblo cubanos.
El acuerdo se produjo bajo la amenaza estadounidense de intervenir militarmente en la isla por lo que los expertos lo consideran ilegal, a la luz de lo establecido en la Declaración sobre la Coacción Militar, Política o Económica en la Celebración de Tratados, de Naciones Unidas.
Ese convenio otorgó a Washington la jurisdicción completa sobre las tierras arrendadas, lo que viola el principio de integridad territorial consagrado en las constituciones cubanas desde 1901 a la actualidad.
Tras el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, Cuba reiteró en diversos espacios multilaterales su reclamo de devolución de ese territorio, cuyo uso actualmente constituye una afrenta a los principios enarbolados por el Estado y pueblos cubanos. lam/mks