“Los humedales y el bienestar humano” ha sido el lema de la campaña de este 2024 en torno al Día Mundial de los Humedales, que se conmemora cada 2 de febrero en recordación de que ese día del año 1971 fue instituida la “Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional”, cuyo fin es la conservación y uso racional de los humedales del planeta, e integrada actualmente por 172 países.
Considerando que las personas obtienen sustento, inspiración y resiliencia de estos productivos ecosistemas, la también conocida como Convención Ramsar —por la ciudad iraní donde fue adoptada—, ha puesto el énfasis de su presente campaña anual en la gran interconexión existente entre los humedales y la vida humana, destacando que todos los aspectos del bienestar humano están ligados a la salud de los humedales del mundo.
Los humedales son ecosistemas en los que el agua es el principal factor que controla el entorno y la vida vegetal y animal asociada al mismo.
En su más amplia concepción, los humedales incluyen diversos ecosistemas de agua dulce, marinos y costeros, como los lagos y ríos, los acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, los pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, manglares y otras zonas costeras, así como los arrecifes de coral. También incluye determinados entornos creados por el hombre, como los estanques de peces, los arrozales, los embalses y las salinas.
No obstante las diversas biosferas que abarcan, los humedales solo cubren alrededor del 6 % de la superficie terrestre; sin embargo, a pesar de tan reducida extensión territorial, son el hábitat del 40 % de todas las especies de plantas y animales.
Al abarcar tan amplia biodiversidad, los humedales representan uno de los ecosistemas más valiosos de la Tierra, indispensables para los seres humanos y la naturaleza por los beneficios y servicios que proporcionan. Su diversidad biológica es crucial para el suministro de alimentos y la salud humana, y también para actividades económicas que generan empleo, como la pesca y el turismo.
El hecho de que más de mil millones de personas —una octava parte de la población mundial— que viven en zonas rurales y urbanas de todo el planeta dependan de los humedales como medio de subsistencia, nos permite apreciar de modo más objetivo la importancia que revisten estos ecosistemas para nuestra especie.
También los humedales son vitales para otros ecosistemas y para nuestro clima, proporcionando servicios ecosistémicos esenciales como la regulación del agua, que incluye el control de las inundaciones y la purificación del agua que consumimos los seres humanos
Sin embargo, y a pesar de los grandes beneficios que proporcionan a la vida en la Tierra y en particular a la especie humana, los humedales son uno de los ecosistemas que sufren mayor deterioro, degradación y pérdida, y se prevé que esta tendencia negativa continúe como consecuencia del rápido crecimiento de la población, la producción y el consumo insostenible, el desarrollo tecnológico y el cambio climático.
Con una pérdida del 35 % a nivel mundial durante los últimos 50 años, los humedales son nuestro ecosistema más amenazado, desapareciendo incluso tres veces más rápido que los bosques. En la actualidad ostentan el reconocimiento de “Importancia Internacional” más de 2 400 humedales en todo el mundo, que cubren una extensión superior a los 2,5 millones de kilómetros cuadrados.
Contradictoriamente, y a pesar de los beneficios que recibe de los humedales, es la especie humana la principal responsable del acelerado deterioro de este primordial ecosistema.
Entre las actividades humanas que provocan la pérdida de humedales están el drenaje y relleno con el fin de utilizarlos para la agricultura y la construcción, así como también la sobreexplotación de recursos, la pesca excesiva, la contaminación y el cambio climático, además de resultar degradados por especies invasoras.
La humanidad depende de los ecosistemas que sustentan la vida. Pero deben estar sanos para que puedan seguir proporcionándonos agua y alimentos, apoyando la biodiversidad, proporcionando medios de vida, protegiéndonos contra fenómenos meteorológicos extremos y también mitigando el cambio climático. Por ello la campaña de la Convención Ramsar destaca este año tres mensajes principales:
-Invertir en el uso sostenible de los humedales significa invertir en el futuro de la humanidad.
-Los humedales pueden aportar a las ciudades y a sus habitantes múltiples beneficios económicos, sociales y culturales que apoyan el bienestar humano.
-La restauración de los humedales es esencial para superar las crisis del clima y la biodiversidad, así como para alcanzar en beneficio de todas las personas los Objetivos de Desarrollo Sostenible proclamados por la ONU.
Razones suficientes para compartir y aplicar cuanto se sugiere, adaptado a cada entorno, porque nos llama a valorar y proteger los humedales, porque cada humedal es importante, y porque cada esfuerzo cuenta.
(Con información de sitios web de la ONU y RAMSAR)