RETRATOS: La inspiración de Travieso

RETRATOS: La inspiración de Travieso

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Francisco Travieso Damas aún reside en su querido Marianao, el barrio de su juventud, de los primeros amores, de sus luchas estudiantiles y de la clandestinidad. Fue ese el sitio que le abrió las puertas cuando la familia decidió mudarse de su natal Bauta, actual provincia de Artemisa.

 

A sus 84 años, Francisco Travieso Damas sigue entregado a la obra de la Revolución. (Foto: Heriberto González)

 

Han pasado los años y no olvida aquellos convulsos tiempos, en que los jóvenes tenían la vida pendiente de un hilo, dada la agresividad de la dictadura de Fulgencio Batista.

Todavía le acompaña la imagen de su compañero de lucha, el joven Manolito Aguiar García, con quien entabló amistad luego de ingresar en el Instituto de Segunda Enseñanza de Marianao.

Manolito era intrépido, decidido, alegre y altruista. Así lo recuerda. Como también viene a su memoria el primero de noviembre de 1958, cuando un esbirro lo asesina en 100 y 51, en Marianao en pleno día, sin menoscabo. El dolor y la impotencia dejaron una profunda huella en familiares y amigos.

Los vínculos de Travieso con Manolito fueron identificados por los secuaces del tirano que se presentaron en su hogar. “Tuve que marcharme al exilio, y regresé a Cuba el dos de enero de 1959, tras el triunfo de la Revolución”.

El fogueo como dirigente sindical

Todo su entusiasmo se puso al servicio de la Revolución. En abril de 1959 comenzó a trabajar en la empresa eléctrica de su territorio, y en poco tiempo sus cualidades sobresalieron y se convirtió en secretario de la sección sindical del centro.

 

En uno de los Congresos de la CTC. De izquierda a derecha, Francisco Travieso, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Roberto Veiga Menéndez; secretario general de la CTC Nacional y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. (Foto: Cortesía del entrevistado)

 

“Después pasé a cuadro profesional del Sindicato Nacional de Trabajadores Eléctricos, y luego de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) Nacional, como jefe del Departamento de Organización del Trabajo y los Salarios”, declara y añade que, entre 1968 y hasta mediados del 70, se mantuvo en Las Villas, donde se desempeñó como secretario general de la CTC en ese territorio.

Luego de la zafra de los Diez Millones, cifra que no se alcanzó, Fidel planteó la necesidad de fortalecer el movimiento sindical. “En junio de ese año, retorné de Las Villas; Héctor Guillermo Ramos Latour fue elegido secretario general de la CTC Nacional, y yo secretario de organización.

Recuerda que esos fueron años muy activos, y que en muchas oportunidades el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz iba a la sede de la organización obrera. “Me acuerdo, en una oportunidad, en que Fidel se reunió, en la oficina de Ramos Latour, con un grupo reducido de compañeros. Tuve la suerte de estar ahí, de verlo muy cerca. Ahí él planteó desarrollar las plenarias por los distintos sectores. Participó en todas.

“En las reuniones, Fidel insistía en el incremento de la producción, la productividad del trabajo, la eficiencia económica; de trabajar con calidad”, afirma. En lo adelante, manifiesta, estuvo cerca de él en otros momentos decisivos como la celebración del XIII, XIV y XV Congresos de la CTC.

Estuvo también muy cerca de Lázaro Peña durante el desarrollo del XIII Congreso. “Lázaro insistía en la importancia de motivar y hacer reflexionar a los obreros, sobre todo hablarles con claridad”, dice y a su mente viene la sana discusión que sostuvieron en una ocasión Jaime Gravalosa Armenteros, primer director del periódico Trabajadores, con el Capitán de la Clase Obrera.

Resulta que Lázaro había redactado un artículo para el entonces tabloide, y Jaime le sugirió hacer unos cambios para evitar repeticiones. El líder sindical le replicó: “Jaime, tú puedes tener la razón en lo referente a la belleza del lenguaje y al estilo periodístico, pero yo la tengo en cuanto al tratamiento con los trabajadores”. Entonces insistió en la importancia de hablarles en un lenguaje sencillo y reiterar las ideas, con argumentos, para que comprendieran bien.

Hasta 1989, Travieso se mantuvo como dirigente sindical. A partir de entonces, comenzó a laborar en el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, como Director Jurídico, pues en 1978 concluyó la Licenciatura en Derecho.

En el 2001, fue designado director del recién creado Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS). “Estando en esas funciones, un día fui citado a la oficina del Comandante en Jefe. No sabía para qué era, pero me puse muy contento. Fidel me explicó que se había decidido incrementar la pensión a todos los pensionados del país y me orientó, con mucho detalle, cómo proceder. Me dio un rango para el incremento y me solicitó que hiciéramos un cálculo económico sobre el costo que eso conllevaba. Todas sus indicaciones se cumplieron”, acota.

A sus 84 años, aún se mantiene activo. Durante14 se ha desempeñado como funcionario de la dirección de Cuadros del Estado y del Gobierno. “En el 2016 me jubilé, pero eso solo fue formalmente, al otro día, ya estaba de nuevo en mi puesto”.
Así, con sus energías y vitalidad, este experimentado revolucionario no pierde su esencia: para él la Revolución sigue siendo inspiración y lealtad.

Acerca del autor

Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.

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