Desde las artes visuales festejan 508 años de Remedios

Por Manuel Eduardo Jiménez Mendoza

El pasado 24 de junio San Juan de los Remedios llegó a su aniversario 508 de fundada como villa. Su historia recoge páginas de leyendas, mitos y tradiciones que han perdurado a lo largo de estos angostos y parranderos años.

Aunque, para muchos, la fiesta más importante son las parrandas, la realidad ha demostrado que el San Juan es el inicio de un año en este pueblo, que, como siempre, renace cada día ante los ojos de los espíritus que nos acompañan.

En el marco de las celebraciones este año se realizaron cinco exposiciones en varios espacios de la ciudad, de ellas cuatro personales y una colectiva.

Entre estas (dónde) se presentó la exposición personal Impermanencia de la joven artista visual Yaditcy Andrea Toledo, quien develó al público su arte con el ingenio del bordado sobre lienzo. Espiritualidad cargada de encajes finos y en ocasiones grotescos, recorre aspectos de la vida diaria, de la modernidad, de la fuerza para suplantar las necesidades y trasmitir, como suelen hacer los artistas que emplean el line art, la esperanza.

Jesús Díaz Rojas, escritor remediano, en sus palabras de apertura expresó que en la muestra Impermanencia, “hay momentos definitorios, donde una mujer ofrece su desnudez con hilos sueltos sobre trozos de lienzos, un hombre sentado de espaldas parece sumirse en la lejanía para intentar una introspección espiritual que lo libere del momento que vive y padece, en su mano sostiene un manojo de algo más que esperanzas”.

De igual forma, la Oficina del Conservador de la Ciudad Patrimonial San Juan de los Remedios acogió la exposición Fábulas de un soñador del destacado artista Naif, Julián Espinoza, conocido popularmente como Wayacón.

Fábulas… es un toque de lo más actual que ha realizado Wayacón, desde pintar pantalones, boinas y zapatos, donde suplanta los esquemas de la pintura en burdos tradicionales. En esta, su más reciente exposición personal, expresó lo satisfecho que se siente en la ciudad a la que tanto le debe, donde hizo su familia, gran parte de su obra y las mejores de las vivencias íntimas.

La muestra colectiva Sinestesia, tiene su sede en el Museo Casa Alejandro García Caturla, con varios artistas plásticos que regalaron al público presente parte de sus trabajos más novedosos. Alfredo Perdomo, Erick González, Gilberto Zurén, Giselle Marrero, José A. Ocampo, Yanieski Camiña y Yunierkis Rojas (Pichy), fueron los artistas invitados a esta exposición, así como Reinier Luaces, quien además asumió la curaduría,  expresa que esta exhibición “explora diferentes maneras de ver el arte, a partir de disimiles códigos estéticos y formales, donde se mezclan los sentidos y se perciben sus combinaciones, transformando la percepción y la experiencia del aquí y el ahora”.

Sinestesia, con una intención minimalista en su museografía, apuesta por una mirada fresca hacia el arte contemporáneo desde el interior de la isla.

En la sede municipal de la UNEAC se instaló la exposición Homenaje al Cine, del artista plástico y miembro de esta institución Ismael Rodríguez González-Pardo; quien con 15 representaciones pictóricas muestra su pasión por el cine a través de un ejercicio donde se definen retratos de íconos de la cinematografía universal y donde se arraiga la diferencia de un trabajo bien fuerte en el fondo del lienzo.

Mirladys Ventura, promotora cultural de la UNEAC municipal, en el texto del catálogo manifiesta: “Homenaje al cine es una exposición donde el artista muestra una madurez creativa consolidando un método depurado con el constante trabajo, y no es que la búsqueda haya llegado a su fin, pero lo buscado ya está”.

Por otra parte, Ellas las del vino, expo personal de la artista plástica Zaida del Río en la Galería Carlos Enríquez dónde,  fue el colofón de las muestras exhibidas en la localidad. La artista y la vinicultora Liudmila García estuvieron presentes en la inauguración, junto a las autoridades locales, creadores de la provincia y el pueblo remediano.

La muestra compone 15 cuadros que, si bien no es la mayor de las exposiciones de Zaida, sirve como excusa para adentrarse en el mundo de la vinicultura, tal cual expresa Arístides Vega en las palabras del catálogo, “es solo un pretexto —afirma— para dibujarnos toda la experiencia acumulada en una intensa vida de quien tiene una proverbial capacidad para detener la vista en esos puntos aparentemente inaccesibles”

La octava villa de Cuba, que traspasa las barreras de la vejez, se rejuvenece gracias al arte que florece cada día en su historia.