La Asociación de Estados del Caribe (AEC) fue creada el 24 de julio de 1994 mediante el Acuerdo de Cartagena y busca “identificar y promover la consulta, la cooperación y la acción concertada entre todos los países del Caribe, especialmente en áreas focales como la facilitación comercial, el turismo sostenible, el transporte, la gestión del riesgo de desastres, y el mar Caribe”.
Tales temas ocuparon la VI Conferencia de Cooperación del organismo, que durante dos días sesionó en La Habana y reunió a unos 150 expertos y diplomáticos que evaluaron algo más de una decena de proyectos derivados del Plan de Acción hasta el 2028.
Esta es la segunda vez que Cuba sirve de sede a una conferencia de este tipo, y en el año 2016 organizó la Cumbre de Jefes de Estado, que marcó el renacer de la AEC.
“Cuba es la madrina”, aseguró Rodolfo Sabonge, su secretario general, quien recordó que la idea original de la Asociación fue acercar los países del Caribe anglófono a los de América Latina, pero hoy el propósito es mucho más ambicioso.
“Realizar esta VI Conferencia en La Habana conlleva un mensaje simbólico, aseveró Sabonge, a ustedes les distingue el espíritu solidario y de cooperación con el resto del mundo, especialmente con los países del Caribe, y en la actualidad son uno de los Estados miembros más afectados por los desastres naturales”.
Precisamente el tema de la mitigación de desastres y el impacto del cambio climático se han convertido en dos de los ejes temáticos que estructura el quehacer de la AEC, así como el turismo, el transporte, la movilidad y la transformación digital.
“En estos días hablamos sobre tecnología, financiamiento, sostenibilidad, cooperación multiactoral, cooperación Sur-Sur y triangular, mitigación y adaptación, entre otros asuntos, comentó a Trabajadores la diplomática Adriana Bolaños, presidenta del Comité de Cooperación y Movilización de Recursos de la AEC.
La también directora de Cooperación de Costa Rica atestiguó que los contactos establecidos permiten fortalecer el rol de la organización como contraparte idónea para proyectos en la región del Gran Caribe.
“Estas conferencias son fundamentales, opinó Bolaños, porque propician el encuentro cara a cara y permiten articular necesidades y oportunidades. Aquí se reúnen actores de todo tipo, Estados miembros y asociados, pactos, sociedad civil, académicos…, confluyen ideas y necesidades. También participan países cooperantes (Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos estuvieron presentes en esta VI Conferencia), así como bancos financieros y de desarrollo. Todo ello permite enlazar proyectos que buscan generar desarrollo y conectividad, luchar contra el cambio climático, propiciar la mitigación, etcétera, con aquellos que pueden hacerlos realidad a partir de la cooperación técnica y financiera, sea reembolsable o no”.
En su discurso de clausura, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla insistió en que la Mayor de las Antillas “pone a disposición de los países de la AEC su potencial científico e investigativo, la experiencia de nuestros expertos, y reitera su voluntad de participar activamente en los proyectos que se han expuesto.
“Creemos firmemente que, junto a la solidaridad, la cooperación de la comunidad internacional, la cooperación Sur-Sur, incluso triangular o en diversos formatos, será esencial en los esfuerzos para la recuperación de los efectos sistémicos y devastadores de la pandemia, y en el enfoque multidimensional para la erradicación de la pobreza, la exclusión y la inequidad”.
La AEC ha trabajado por nuclear sus propósitos en torno a dos certezas. La primera es que el mar Caribe es patrimonio común de los pueblos conectados a la gran cuenca, por tanto, hay que protegerlo. La segunda nos habla de una región cuyo bienestar pasa por integrarse y convertirse en zona especial de desarrollo sostenible. Por eso no basta recabar ayuda para atender contingencias o problemas específicos, la solución demanda generar recursos y capacidades que permitan identificar y estructurar proyectos medulares para la región. Ya no basta que les regalen pescados, es preciso aprender a pescar.