El programa Más Médicos, iniciado el 8 de julio de 2013, aún hoy se extraña y resulta necesario en Brasil por su papel importante en la promoción de la salud, afirmó el cónsul cubano Pedro Monzón.
En un extenso escrito publicado en el diario Folha de Sao Paulo, el diplomático asegura que el propósito de la iniciativa fue captar galenos en el propio país y en el mundo para trabajar en zonas pobres y alejadas del gigante suramericano.
Precisa que la participación cubana, hasta 2018, fue muy efectiva y se organizó sobre la base de un proyecto de cooperación técnica entre la Organización Panamericana de Salud y los ministerios de Salud de Cuba y Brasil.
«Tuvo la virtud de no constituir una competencia. Los cubanos ocuparon puestos no cubiertos por médicos brasileños o extranjeros», señala Monzón y agrega que «Cuba mantuvo una presencia prominente, hecho confirmado con datos».
Refiere que los facultativos cubanos representaban el 80 por ciento de todos los participantes del programa. En cinco años, el total del personal cubano de Salud alcanzó a 20 mil colaboradores.
En el momento en que el programa fue suspendido más de ocho mil profesionales cubanos colaboraban en Brasil, donde atendieron cerca de 113 millones 359 mil pacientes en más de tres mil 600 municipios, de los cuales 700 tuvieron servicios médicos por primera vez en su historia, rememora.
De acuerdo con el cónsul, «los cubanos cubrieron un universo de unos 60 millones de personas en zonas de extrema pobreza y, en particular, en los 34 distritos especiales indígenas».
Resalta en que todos los indicadores de salud mejoraron ostensiblemente en los lugares en los cuales laboraron sus compatriotas y «los índices de muertes fueron reducidos y se evitó el sufrimiento innecesario por enfermedades curables».
Para el diplomático, el papel de los médicos cubanos fue reconocido por la población, que sufrió mucho con su partida.
El 14 de noviembre de 2018 las autoridades de la isla determinaron no continuar en el programa ante cuestionamientos y declaraciones despectivas del entonces presidente electo Jair Bolsonaro contra los profesionales cubanos.
Según Monzón, con esos antecedentes, es obvio concluir que las causas que provocaron el fin de la participación de Cuba en la iniciativa fueron completamente injustificadas y el resultado, innecesario y doloroso para los ciudadanos brasileños, que quedaron sin servicios médicos, precisamente en los preámbulos de la pandemia de Covid-19.
«Los pueblos de Brasil y Cuba tienen mucho en común y posibilidades infinitas de intercambio, teniendo en cuenta nuestras respectivas fortalezas. Por eso, estamos seguros de que en el futuro se crearán condiciones para emprender proyectos fraternales en esta y en otras esferas», subraya finalmente. (Tomado de Prensa Latina)