Nelia L. Martín no es dada a hablar sobre su vida. Prefiere leer sobre las historias de otros, por eso insiste en que le lleven las revistas y periódicos, aunque ya estén viejos, para ella no importa, siempre encuentra lecturas que le interesan.
Resulta difícil imaginar el mundo que sale de sus hábiles y creativas manos: sus pinturas al óleo sobre lienzo y cartón, en las que se descubren hermosos paisajes y también retratos de familiares son verdaderos tesoros. La cubanía sobresale en sus trabajos, en los cuales se mezclan diversas técnicas, estilos y colores.
Disímiles son también las tallas en madera. Algunas tienen años de creadas y representan, principalmente, figuras humanas.
Ni siquiera sus vecinos del reparto Poey, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo, sospechan que viven cerca de una verdadera artista, graduada en las aulas de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, en 1965, en la especialidad de pintura y dibujo. “Me llamaba mucho la atención la escultura, pero no me decidí por eso”, dice.
Sin embargo, una vez que concluyó los estudios, tuvo la oportunidad de dar clases en la escuela de Talla Industrial Clara Zetkin, de la empresa de Muebles y Envases, en La Habana. “Ahí enseñaba dibujo junto a otras profesoras. La asignatura de talla era impartida por unos compañeros seleccionados por el entonces sindicato de la Madera”.
En el centro, las 143 jóvenes seleccionadas por la Federación de Mujeres Cubanas, eran preparadas, entre otros objetivos, para confeccionar estuches especiales de tabacos, destinados tanto para la exportación como para hacer presentes a distinguidas personalidades que visitaban el país.
“Como a mí me gustaba tallar, al terminar mis clases, iba a aprender con los otros maestros. Así terminé dominando esa especialidad, y empecé a crear mis propias obras. Primero hacía el dibujo, después las tallaba, todas en madera como el ébano, el roble y la majagua”, añade.
Han pasado años desde que hizo la última pieza. Algunas las regaló y otras se convirtieron en sus compañeras de existencia. Sobre la mesa están algunas: Ritmo desigual, El hijo en la guerra, Maternidad, Venus…, así las llamó. Todas, perfectamente conservadas, son testimonio de su arte.
Una experiencia inolvidable
Para Nelia, el triunfo de la Revolución, como para tantos cubanos, fue un suceso extraordinario. Siempre ha vivido en el reparto Poey, barrio obrero, de personas humildes y muy trabajadoras. Recuerda que cuando se convocó a la Campaña de Alfabetización, ella insistió en ir a otras provincias, pero sus padres no aceptaron. No obstante, estuvo decidida a brindar su apoyo.
“Y lo hice aquí mismo, en Arroyo Naranjo. Alfabeticé a tres vecinos de la comunidad: Fidel Ortíz, Caridad Moya y Juan Díaz”. Luego de buscar entre sus papeles, ella nos ensenó algunos documentos y objetos de esa hazaña: una bandera de la alfabetización y el carné que certifica su participación en aquel acontecimiento histórico.
Envuelta en la vorágine revolucionaria, su casa se convirtió en el lugar donde se fundó el primer CDR del barrio, y también integraría la Federación de Mujeres Cubanas. Aunque tenía vocación y formación, no se consagró ni al magisterio ni al arte. Durante años trabajó en un centro perteneciente a la empresa Autoimport, en la que aplicó sus saberes como dibujante. Fue trabajadora destacada, presidenta del Consejo de Trabajo y también representó a sus compañeros en el órgano de justicia laboral.
Sencilla y modesta, nunca le ha gustado presumir de lo que ha hecho, ni enseñar sus obras que permanecen inéditas, y no han tenido la suerte de que se expongan (excepto en una ocasión en la Galería de Arte, en el municipio capitalino de Diez de Octubre). Podría haber sido una artista reconocida, talento y escuela tuvo, pero prefirió estar en el silencio del tiempo, siendo fiel a la Patria y a Fidel.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.