Nació como una fuerza arrolladora para organizar el quehacer de los trabajadores de la enseñanza. Creció al calor de la Revolución y con ella las ansias de educar a un pueblo y prepararlo para las tareas difíciles que vendrían después. Era imprescindible fundar una organización obrera, sindical, que representara los verdaderos intereses de quienes formaban el futuro en las aulas. Esta fue la génesis del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Enseñanza, creado durante el congreso constituyente que tuvo lugar entre los días 22 y 24 de noviembre de 1961.
Hombres y mujeres valiosísimos dedicaron sus vidas, desde lo profesional, a este empeño. A la luz de los años —como le gusta decir a la educadora y destacada dirigente sindical Mirella Suárez Ortega— resulta ineludible resaltar y honrar a Gaspar Jorge García Galló y a Raúl Ferrer Pérez, quienes se desempeñaron, respectivamente, como el primer secretario general de la organización e integrante de su ejecutivo nacional en esos inicios.
Al margen de sus méritos sobresalientes como pedagogos, fueron ellos los fundadores de la obra que llega hasta nuestros días bajo el nombre de Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD), con un largo camino recorrido y muchos desafíos ante sí.
Mas no fueron los únicos. Merecen ser recordados y honrados en estas breves líneas los secretarios generales, elegidos en los congresos sucesivos: Mario Ferrer Gaetán, Olga Amaro, Ramona Ruiz Bravo, Julio Reyes Álvarez, Pedro Octavio de Armas, Luis Abréu Mejías, Ismael Drullet Pérez, hasta llegar al actual desempeño de Niurka María González Orberá.
Ha sido este sindicato artífice de innumerables tareas que hoy enorgullecen, como la calificación y preparación de los docentes (primero para que se titularan como tales y luego se formaran como universitarios); el apoyo que brindó a las batallas por alcanzar el 6.º y el 9.º grados en los diferentes sectores; la captación de fuerzas que integrarían el Contingente de Maestros Internacionalistas General Augusto César Sandino, en Nicaragua (1979-1981); la movilización para las escuelas en y al campo, así como la constante preocupación y ocupación por la calidad de la educación.
“El sindicato ha tenido un papel protagónico durante todos estos años, siempre en defensa y representación de los trabajadores de la educación”, subrayó Mirella, al comentar momentos e hitos que han marcado la trayectoria de la organización, como la creación del Centro de Documentación e Información, la revista Con Luz Propia, y el fomento de la colaboración internacional. Todo ello bajo el mandato de Luis Abréu Mejías, quien dirigiera el SNTECD desde 1991 hasta el 2008, pues fue elegido en tres congresos.
Hoy resulta meritorio subrayar el rol de esta organización en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, pues los trabajadores y afiliados han demostrado una disposición extraordinaria y prestado sus servicios en las llamadas zonas rojas, en los centros de aislamiento, en las tareas de higienización, y de igual manera ayudando a las personas de la tercera edad o aquellos con discapacidad, llevándoles alimentos, medicamentos y satisfaciendo otras necesidades.
En estos 60 años, en nombre del Secretariado Nacional del SNTECD —afirmó Niurka María González Orberá, secretaria general— patentizamos el orgullo por representar a nuestros afiliados y trabajadores de manera incondicional y acompañarlos en su desempeño. Reconocemos el alto grado de profesionalidad, patriotismo, sensibilidad humana y madurez política. Son garantía de la continuidad y constante perfeccionamiento de nuestra sociedad, herederos del legado ejemplar de la historia de esta organización sindical que hacen valedera la obra de Fidel.