En la suroriental provincia santiaguera se continúan aplicando medidas con un enfoque multisectorial con el empeño puesto en controlar la circulación del virus SARS COV2 luego de que el pasado 11 de noviembre se reportara el primer caso autóctono positivo a la mortal enfermedad.
De la fecha acá, con una jornada pico, la del 15 de noviembre, en la que se diagnosticaron 24 personas, ha sido intensas y bien coordinadas las acciones en sectores como la salud pública, servicios comunales, educación, comercio interior, entre otros, todos con el liderazgo de las máximas autoridades del territorio.
La aplicación de una cuarentena en cuatro manzanas del Consejo Popular Altamira, el de mayor complejidad epidemiológica, el incremento de las pesquisas y de las pruebas de PCR, el ingreso en instituciones de salud y otras habilitadas al efecto, de positivos, sospechosos y contactos, así como de las personas con manifestaciones respiratorias, forman parte del paquete de medidas puestas en prácticas aquí.
Del mismo modo, se procedió al cierre de seis centros de enseñanza, la higienización con agua clorada a presión de los exteriores de viviendas y centros estatales ubicados en las áreas de mayor número de casos confirmados, el cierre del acceso a piscinas y playas, además de la suspensión de actividades que propicien una gran concentración de personas y de los servicios de bares, discotecas y otros centros cerrados.
La materialización de estas cuestiones, y otras, se concretan a pesar de que el territorio desarrolla su vida económica y social con apego a la nueva normalidad, en tanto el interés mayor está puesto en hacer cuánto sea necesario para impedir un incremento del número de casos.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.