“Cuba deja un legado en Italia. Nos sentimos satisfechos con nuestra labor allí. Y ahora regresar a la patria es lo más maravilloso”, aseguró emocionado el doctor Yoydel Santines Acuña, integrante de la brigada Henry Reeve en Turín, Italia, quien llegó este sábado a la Isla de la Juventud.
El especialista de primer grado en Anestesiología y Reanimación, que enfrentó la COVID-19 en la nación europea junto a otros 37 colaboradores durante tres meses, fue recibido en el aeropuerto Rafael Cabrera por sus familiares y las máximas autoridades del territorio, encabezadas por Zunilda García Garcés, presidenta del Consejo de Defensa Municipal.
“Nunca estuvimos lejos porque conocíamos lo que sucedía aquí. La diferencia de horario permitía ver los partes del Ministerio de Salud Pública. Semanalmente nos llegaban mensajes de aliento, portadores del gran orgullo del pueblo cubano y con frecuencia las autoridades del país se comunicaban con nosotros”, relató el doctor Santines.
Tras reencontrarse con los suyos y abrazar a su hija pequeña, el joven recorrió parte de la ciudad de Nueva Gerona hasta llegar a su barrio, donde sus vecinos le esperaban para agasajarlo. “Este recibimiento ha sido impresionante y es más de lo que merecemos”, dijo el galeno.
En el intercambio con los pobladores del Consejo Popular Pueblo Nuevo, el doctor Santines Acuña comentó algunas de sus experiencias en Turín, capital de la región italiana de Piamonte. “Al principio fue difícil introducir la medicina cubana allí. Ellos pensaban: ¿cómo un país del primer mundo va a recibir ayuda de uno del tercero? Pero conformamos un equipo ítalo-cubano y funcionó de maravillas. Cuando nos despedimos ellos lloraban, nosotros también”, expuso.
Las cifras de la brigada médica cubana son impresionantes. De 177 pacientes atendidos, solo uno falleció —precisamente, el último día de trabajo. El compromiso de los especialistas en la zona roja era salvar todas las vidas posibles. Por eso, idearon un árbol de la vida, donde iban colgando cintas blancas cada vez que le arrebatan una a la muerte.
“Cuando llegamos, Turín estaba desolada. Lo único que veíamos eran automóviles parqueados y se notaba una tristeza enorme. Tras sortear retos —incluso la oposición de coaliciones derechistas— fuimos poco a poco abriéndonos camino hasta vencer. Dejamos ahora una ciudad abierta, en movimiento y con una economía en aumento”, explicó Santines Acuña.
Tales resultados le valieron a los miembros de la brigada para obtener el reconocimiento de las autoridades, que en lo adelante se extenderá al personal sanitario de la urbe italiana que enfrenta la pandemia. Además, se concedió la condición de ciudadano ilustre de Turín al jefe del grupo, en nombre de todos los colaboradores.
“La Isla de la Juventud cuenta con 20 profesionales miembros de la brigada Henry Reeve en varios países como México, Angola e Italia —dos de ellos ya regresaron. Todos recibirán la medalla Proeza Laboral como estímulo al esfuerzo y su internacionalismo”, aseguró Yamilé Piñero Rodríguez, secretaria del Buró Municipal del Sindicato de Trabajadores de la Salud.
De conjunto con las organizaciones de masas, ese sindicato identificó con una pancarta las viviendas de los colaboradores. “Aquí vive un integrante de la brigada Henry Reeve”, reza el cartel que, al decir de Piñero Rodríguez, representa el regocijo de la familia y la comunidad por contar con verdaderos héroes entre ellos.