Al llegar al poligráfico, en la mirada de los trabajadores es perceptible que extrañaron el ambiente de la impresión y se regocijan al ver salir los periódicos, por las modernas máquinas, ahora con múltiples colores como si miraran un arcoiris después de una tormenta. Ellos han recuperado sus máquinas y las manipulan con cariño. La confianza y la esperanza colman sus rostros.
“¡Qué experiencia!, fue difícil y tenso, pero estuvimos atendidos, protegidos, esto solo sucede en Cuba. Tenemos que entregarnos ahora con más fuerza e ímpetu a nuestras funciones, ser más eficientes. Este centro de trabajo siempre ha sido nuestra segunda casa, ahora es mucho más”, expresaron varios de los que estuvieron ingresados, actualmente reincorporados como operarios.
Es que ya labora el turno de trabajo del poligráfico Enrique Núnez que estuvo aislado en Centros de la Salud por ser sus integrantes sospechosos y contactos de los contagiados por la COVID-19, evento ocurrido hace alrededor de un mes en la provincia de Villa Clara.
Aunque el evento local ocurrido en ese centro aún no ha sido cerrado, ya están rumbo a la normalidad. “Se mantienen medidas restrictivas, pero ya dejó de ser un centro de aislamiento en cuarentena. Cada trabajador es pesquisado varias veces al día, son estrictas las medidas de aislamiento social, así como las higiénicas tanto en el personal como en las superficies”, explicó el doctor Yohanys Rodríguez Contino, galeno que ha vivido con intensidad todo este proceso.
Añadió que durante este período ninguno ha presentado manifestaciones respiratorias ni otros síntomas, “se pesquisa tanto el turno de día como el de la noche, incluidos los extranjeros que prestan asesoría técnica debido a la puesta en marcha de la inversión que se emprende en la impresión de cuatricromía de la prensa cubana”, puntualizó.
Este colectivo, el cual mantuvo la cuarentena en sus propios talleres durante los días establecidos, hizo de este confinamiento una fortaleza para profundizar la unidad, la que los hermanó mucho más entorno al compromiso y la pertinencia con la labor que realizan, así lo confirmó Raquel Baute Gómez, secretaria general del buró sindical.
“Convivieron durante un largo periodo trabajadores con 20 y 30 años de trabajo con otros que llevaban días; la estancia produjo un reencuentro de generaciones, se recurrió a nuestra historia como Vanguardia Nacional y salieron valores de laboriosidad y entrega que solo se conquista cuando hay una obra que defender”, precisó.
Franklin Talavera, jefe de turno, ya descansa lo establecido para su régimen laboral al simultanearse con sus compañeros de siempre, esos que sustituyó por un mes. “Todo salió como lo pensamos, lo mejor fue que nadie más se contagió, se guapeó para que los cubanos pudieran tener la prensa con exactitud y calidad, ese era nuestro mayor propósito”, dijo.
Los cinco trabajadores enfermos se han recuperado y se reportan negativos a la COVID-19, cumplen el alta epidemiológica por 14 días, aún prevalecen medidas establecidas para un centro productivo con restricciones y observación extrema, así como el estricto cumplimiento de estas para quienes entran y salen para la distribución de los periódicos, ahora con mayor rigor pues se imprimen todos los ejemplares para el occidente y centro del país incluida, además, la provincia de Camagüey.
“No renunciamos a imprimir todos los periódicos del país de Pinar del Río a Camagüey en esta situación, es más, ello ha sido un reto y un acicate, el personal está ansioso de trabajar. Están agradecidos por las atenciones y la preocupación demostradas por el Ministerio de Industrias, el sindicato y las organizaciones del territorio”, reconoció Jorge Enrique Veitía Fernández, su director.
Según las autoridades sanitarias de la provincia de Villa Clara el protocolo establecido para los centros laborales cubanos ante eventos de transmisión local de COVID-19, fue cumplido con rigurosidad por este colectivo, de ahí la estabilidad que mostró este episodio que reportó, además de los cinco trabajadores, ocho familiares contagiados.