En el desfile militar por el aniversario 74 de la victoria en la Gran Guerra Patria este 9 de mayo en la Plaza Roja de Moscú participaron 13 mil efectivos, 130 vehículos y equipo militar moderno capaz de hacer pensar de los riesgos que corren quienes intentan cercar a la Federación de Rusia.
El llamado del presidente Vladímir Putin al mundo, poco antes del inicio del desfile, fue la necesidad de lograr un “espacio de seguridad global e indivisible”, además de mostrar la disposición de su país a “la lucha conjunta contra el terrorismo y el extremismo”.
A pesar de las campañas de desinformación y la rusofobia que alientan los gobiernos de Europa y de otras latitudes, en la marcha de los hombres y mujeres que forman parte de las Fuerzas Armadas rusas, se mostraban presentes las enseñanzas de sus compatriotas en la defensa de la soberanía del país.
No es casual que el Presidente ruso recordara como una de las tantas heroicidades de su pueblo la protagonizada por los combatientes de la Fortaleza de Brest, quienes “resistieron aún después de la entrada y ocupación por los nazis de parte del territorio soviético, pero dejando en las paredes consignas que aún estremecen: Morimos, pero no nos rendimos”.
En otro momento de su discurso, el mandatario destacó cómo “en algunas naciones se distorsiona tanto la historia como lo ocurrido en la II Guerra Mundial, cuando muchos reverencian las ideas fascistas y traicionan así a sus abuelos que lucharon contra los nazis alemanes”.
Además del impresionante desfile militar, tanto en Moscú como en todas las ciudades y poblados rusos y en muchas naciones, se llevó a cabo la marcha del Regimiento Inmortal, en la que participan las familias portando retratos de sus seres caídos en la contienda.
Es decir, participa prácticamente todo el pueblo ruso y las familias de las ex repúblicas soviéticas, ya que no existe un hogar en ese inmenso país donde no exista un pariente que haya muerto en combate o asesinado por los alemanes durante la guerra.
Muchas miradas fijaron su atención en la Plaza Roja de Moscú este 9 de mayo, donde una vez más se mostró la potencia militar que constituye Rusia y su poder de responder a cualquier tipo de agresión.
El mensaje fue claro, pero además reiterado, sobre todo a los miembros de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) que cada cierto tiempo realiza maniobras militares muy cerca de las fronteras de la Federación Rusa, lo que complementan con la presencia física de armamento ofensivo y tropas en los países limítrofes.
Las amenazas existen, pero también las sanciones provenientes de los Estados Unidos y otras naciones europeas. La memoria histórica se ha borrado con la tergiversación de los hechos, tanto en la educación de varias generaciones como con las campañas de desinformación.
La inestabilidad existente hace peligrar la paz. Si la URSS entonces fue capaz de enfrentarse a la maquinaria militar alemana y con patriotismo vencer, la actual Rusia está mucho mejor preparada, desde todo punto de vista, para defenderse de los peligros que la amenazan.