Cargando...Una vez en el macizo montañoso de Guamuhaya, en Las Villas, el comandante Ernesto Guevara de la Serna, Che, se dispuso a cumplir las misiones a él asignadas por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entre ellas la de combatir a las fuerzas del régimen para impedir el envío de refuerzos hacia Oriente.
En correspondencia con ello, a partir de su llegada a Loma del Obispo, y mientras avanzaba en busca de un lugar apropiado para establecer su comandancia, emprendió gestiones dirigidas a lograr la unificación de las tropas rebeldes allí asentadas, pertenecientes al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo (DR-13-3), y el Segundo Frente Nacional del Escambray, desprendido del DR-13-3 por ambiciones personales y de mando del autodenominado comandante Eloy Gutiérrez Menoyo, a quien la organización había encomendado la creación de condiciones para la apertura de un frente de combate cuya jefatura estaría a cargo del comandante Faure Chomón Mediavilla.
Hasta entonces la actividad militar de esas fuerzas era prácticamente nula, y el comandante Guevara decidió realizar una acción destinada a demostrar que la columna recién llegada estaba dispuesta a enfrentar al adversario. Para ello escogió el cuartel de Güinía de Miranda, con 26 efectivos, el cual el 13 de agosto había sido infructuosamente atacado por combatientes del DR-13-3, cuyo jefe comunicó al Che que estaba en espera de un cargamento de armas para atacarlo nuevamente, pero no se negaba a que él lo hiciera,
El Segundo Frente se oponía a que los invasores atacaran el lugar, por considerarlo parte de su territorio, razón por la cual el Che les advirtió que si en cinco días no lo atacaban, su tropa arremetería contra el enclave.
Mas convencido de que no lo harían, en la madrugada del 27 de octubre de 1958, antes de vencerse el plazo, se lanzó contra la referida guarnición., con saldo enemigo de un muerto, cuatro heridos y nueve prisioneros, en tanto doce lograron escapar por el fondo, el cual no fue cubierto porque desconocían el lugar.
Por los rebeldes, perdieron la vida los combatientes Carlos Amengual García y Marcos Alberto Guerrero Cabrales, y otros seis resultaron heridos; ocuparon ocho fusiles, municiones, alimentos y algunos mulos, e incendiaron la instalación.
En un informe a Fidel, fechado el 3 de noviembre, Che valoró que la acción “(…) No fue rentable, de ninguna manera, pero políticamente fue un fuerte golpe que demostró nuestros deseos de hacer las cosas bien (…)”
Acerca del autor
Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.
